Lucía María Petry es una de las pioneras de las ferias francas. La colona es de la zona de Panambí y comercializa sus productos, desde los inicios, en Oberá.
A lo largo de estos 24 años, Petry comentó que se dieron varias mejoras en la actividad.
Además, sostuvo que la feria siempre fue el sostén económico de su grupo familiar. “Antes había que moverse en colectivo, no teníamos techo y ahora tenemos baños y carpas”, contó Lucía.
La mujer relató que, en sus principios “llenaba los bolsos con los productos y me iba a vender a Oberá”.
Para llegar a esta ciudad, la productora recorría unos 38 kilómetros. “Los caminos eran feos; después de años tuvimos asfalto”, recordó.
Petry también recordó que, junto a sus familiares, “llenábamos el carro e íbamos hasta la ruta; ahí tomaba el colectivo hasta Oberá y luego un remís que me acercaba al punto venta. Nos instalábamos en la vereda nomás”, afirmó.
Con satisfacción contó que “en mi caso tengo los mismos clientes desde hace 24 años”.
Entre los productos que ofrecía, deslizó que en su puesto se podía encontrar pollos caseros, lechón, verduras, crema, ricota, quesos, dulces y panificados. “Mis hijos tenían que estudiar y había que pagar la educación, con la venta de la feria los mantuve. Siempre fue el sostén de la familia en todo ese tiempo”, observó.
Si bien sigue llevando sus productos a la feria todos los sábados, Petry comentó que “ahora voy porque me gusta, pero sólo hago cosas livianas como masitas, alfajores y otros panificados ya que no puedo trabajar porque tengo un problema de columna”.
Finalmente, remarcó que “la gente quiere productos frescos y directamente de la chacra”.