En Mártires, emprendedoras y niños tejen, cosen y bordan por igual. El trabajo no da tregua, hay que llegar a tiempo con todos los juguetes al día fijado para celebrar el Día del Niño en el pueblo.
Desde hace un mes vienen trabajando todos los días para lo que, al principio, se quería que sea una pequeña celebración. Sin embargo se corrió la voz en el pueblo y se ampliaron los objetivos.
Los chicos que trabajan con las emprendedoras son alumnos de la Escuela Provincial 113. Cuando las mujeres llegaron con la propuesta de realizar juguetes de trapo confeccionados por ellos ni siquiera sabían coser, pero muy pronto mostraron tener aptitudes.
Elaboran todos los trabajos con telas recicladas. Es decir, todos los materiales de los juguetes fueron donados: ropas que ellas reciclaron y convirtieron en figuras infantiles: hormigas, pulpos, arañitas.
Como el proyecto buscaba fortalecer la relación de la comunidad, emprendedurismo y escuela, se pensó que era una buena idea enseñarles a los chicos a confeccionar sus propios juguetes.
Para los chicos, es toda una ilusión ya que, “un juguete hecho a mano es un regalo de lo más tierno, por eso se nos ocurrió hacerlo así. Como consigna buscamos representar a Mártires con sus grandes campos, por ello se hicieron hormigas, pajaritos, arañitas, tortuguitas y demás”.
Un día especial
Para no juntar la fiestita con otras organizadas con anterioridad por el municipio, los juguetes serán entregados en el taller de las emprendedoras “Mercería Solidaria” en el marco de una fiestita el 20 de agosto. Ese día será muy especial porque los chicos además de recibir sus regalitos, verán la proyección de una película infantil en pantalla gigante. Habrá juegos, chocolatada y cosas dulces.
“Las donaciones provienen de todos lados, inclusive de Posadas y también del colegio secundario del pueblo. Dividimos entre la que se encontraba en buen estado para donar y la que se podía reciclar para hacer los juguetes en el taller”, comentó la iniciadora del grupo y de la Mercería Solidaria, Nina Sanabria.
“Esto será un agasajo para el Día del Niño y nuestra primera intervención vecinal en el pueblo pero vamos por más”, aseguró la joven emprendedora.
Nina nació y creció en Mártires, pero en su ciudad actual, Posadas, la mujer es conocida por confeccionar y donar a quienes se lo piden y necesitan mochilas y cartucheras de tela, cuando comienzan las clases.
Con ansias
Tal como se dijo, el día de la fiesta servirán chocolatada, bollos, pastelitos, mesa de dulces, juegos con premios, y eso llena de expectativas a los chicos que esperan la celebración con ansias. Sin embargo, no son sólo ellos los que están entusiasmados.
“La verdad es que las mamás están más entusiasmadas que los niños”, señaló Nina. De todas formas la noticia recorrió Mártires y la ansiedad para que se haga la fiesta emociona a todos.
“Ya la movida está de boca en boca y se van a enterar todos, ojalá todos se vayan con las manos llenas”, deseó la emprendedora.
Pero hay más, porque los regalos no serán sólo juguetes, sino que las emprendedoras también fueron acopiando ropa, calzados, abrigos.
“Son familias muy humildes, necesitan de todo y ese día queremos hacerles sentir muy bien”.
Sobre el taller
Con respecto al funcionamiento del taller en sí, lo que se hace es prestar la máquina disponible en la mercería (ubicada a pocas cuadras de la Escuela 113 y frente al edificio municipal) para quien necesita hacer costuras y también para la que quiere aprender.
Allí dan clases de bordado, tejido y costuras. De hecho, tienen tantas ganas de trabajar que muchos de los trabajos logrados se pusieron a la venta para destinar lo que se recauda a la ampliación del taller y que estas mujeres sigan como emprendedoras.
La “Mercería Solidaria” fue impulsada por Nina Sanabria quien también es emprendedora (recientemente estuvo exponiendo en la Expo Mujer) y siempre luchó contra las dificultades para comprar los elementos de mercería, por los costos.
“Como nuestros insumos son costosos, se me ocurrió que podía reciclar. Entonces se incluye a todos sin que la situación económica sea un obstáculo. Ellos aprenden conmigo y a la vez venden, entonces todo lo que se realiza en el taller se destina a hacer crecer el rubro que para ellas es una salida laboral, porque con cada venta tienen una entrada de dinero en la casa y eso las entusiasma porque vamos muy bien”.
Al ser oriunda de Mártires y haber iniciado este gran emprendimiento, ella siente que es una buena forma de devolver lo que aprendió cuando se vino a vivir a la capital de la provincia.