Cientos de chicos correteando por acá y por allá. La sonrisa cómplice por algunas “bromas” a algún distraído que pasaba circunstancialmente por ahí, otro que disfruta del pancho más exquisito del domingo y las ganas de jugar al básquetbol sin importar el resultado fueron las escenas más comunes, en los escenarios en donde tuvieron lugar los partidos y la fiesta final que tuvo lugar en el club auriazul.
La presencia de mamá, de papá, los abuelos en las tribunas del Mitre y las piruetas interminables de Rosco, la mascota oficial de la Liga Nacional, le dieron un brillo muy especial a una jornada en donde chicos y grandes se sintieron plenos.
Ver el disfrute de cada momento a través de las expresiones y gestos, no hizo más que llenar de regocijo las pupilas y los corazones de todos quienes fueron parte de un hecho por demás inconmensurable en palabras.
La actitud de los “minis”, la idea de los organizadores de la jornada, el acompañamiento de los padres y los árbitros, la dedicación de los entrenadores fueron la moneda corriente con la que todos los que participaron del encuentro se sintieron retribuidos plenamente.
El encuentro tuvo como protagonistas a los chicos que representaron entre otros clubes a: Tokio, Mitre, Itapúa CAPRI, AEMO. OTC. El Coatí, Papel Misionero, Club Nazareno, Alem, Petirossi, Tirica, Cataratas, Siglo XXI, Sacachispas, Juventud, Picando, Yaciretá, Guaraní, Timbó, Alto Paraná, Cataratas, Apóstoles.