Apenas uno traspone la reja de ingreso al predio de la Unidad Penal V del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), donde se alojan exclusivamente mujeres, comienza a descubrir una intensa actividad en distintos sectores, algo que llama la atención, porque son internas en plena tarea de manualidades, rezando o en la huerta situada junto a un vivero que va tomando forma.
“Hoy tenemos una población de 52 internas, entre ellas hay quienes están condenadas y otras procesadas, algunas con causas provinciales y otras federales. Así está compuesta nuestra unidad penitenciaria, más un anexo en la Segunda que compartimos con la Policía de la Provincia donde también se encuentran alojadas internas en similares condiciones”, señaló la alcaide mayor Valeria Mereles, quien junto a su equipo recibió a PRIMERA EDICIÓN en el penal ubicado en Miguel Lanús.
En el contexto de encierro en una unidad carcelaria, el tiempo ocioso es lo más difícil de sobrellevar y termina repercutiendo en el comportamiento de los internos, un tema sobre el cual las autoridades ponen especial énfasis. Al respecto Mereles remarcó que “como Servicio Penitenciario tenemos el concepto básico que es la custodia, la guarda y la reinserción social de los internos, ese es el objetivo final al cual apostamos desde esta gestión con el grupo interdisciplinario que conformamos. Así empezamos a trabajar con talleres que más allá de que le brindan la posibilidad de tener un oficio también les va acercando un poco más a la sociedad a la que volverán, que no es la misma (sociedad) que dejaron hace un tiempo atrás porque hoy es más exigente, más difícil, entonces lo que hacemos es brindarles herramientas y oficios para que se sientan seguras al momento del egreso”.
Esa actividad que se divisa apenas uno entra, se repite en distintos sectores, en la cocina, en la panadería, donde el personal no solamente vigila a las internas sino que comparten las actividades y trabajan codo a codo.
Según comentó la directora de la UPV, hace unos meses atrás ampliaron la oferta de talleres, con propuestas diferentes a los tradicionales de cocina o panadería, fue así que hace se agregaron huertas, que desembarcó a través del apoyo de Agricultura Familiar y derivó en la creación de un vivero de plantas ornamentales y de verduras. “Es una terapia que suma, un trabajo de equipo, para que las internas vuelvan a tener el hábito de compartir, de relacionarse, ir caminando hacia lo que tendrán una vez que salgan de acá. Buscamos hacerles sentir que no es solamente un lugar adonde vienen a cumplir una condena impuesta por la Justicia sino que puedan estar relativamente cómodas el tiempo que les toque vivir en este lugar”.
Reacciones positivas
“El contexto de encierro y la necesidad de brindarle las herramientas necesarias a las internas es algo sumamente importante para su reinserción social. Que se puedan sentir mejor no solamente en lo personal, porque el trabajo dignifica a cualquier persona, sino también en lo laboral, como una salida, un sostén de ellas mismas y de su familia. Es importante que las mismas puedan ocupar el tiempo en el conocimiento, en el crecimiento personal y en poder ir cambiando poco a poco no solo los hábitos sino modificar costumbres y conductas. Que comiencen a tener responsabilidades, compromisos, y así conectarse poco a poco con el exterior. Eso se refleja en un mejor comportamiento entre las internas, eso se nota claramente, aunque hayan casos puntuales con bajones”, indicó a su turno la psicóloga Candela Caloggero, quien es jefa del Servicio Criminológico y desarrolla su tarea en la UPV a la par de su colega Antonella Messina.
Además, resaltó que “en doce años se consiguió también en forma muy positiva la merma de los psicofármacos de las internas. Por eso el tema del estímulo, la capacitación, que hagan algo que a ellas les gusta es fundamental en todo sentido”.
“El nivel de reincidencia es bajo, eso rescatamos positivamente en el trabajo que se hace. Tenemos causas por robo y si no se llevan un oficio desde acá para sostenerse volverán a reincidir”, cerró la directora Mereles.
Contacto en la Expo Mujer
La vicedirectora del UPV, alcaide Angelina Ifrán, remarcó la importancia que tuvo para las internas haber participado en la Expo Mujer. “Desde hace algunos años que ya llevábamos los productos que ellas (las internas) elaboraban. Esta vez se pidió la correspondiente autorización de los juzgados y una interna nos acompañó en el stand de manualidades y otra en el de vivero, contando en primera persona lo que ellas mismas producen y para que a la vez cuenten a sus compañeras, lo que les produjo una gran satisfacción”.
Ifrán agradeció “la colaboración de instituciones externas que se acercan, en especial al Centro Comunitario de Garupá, como así también a nuestros superiores que confían en nuestra labor diaria”.