La pistola calibre nueve milímetros que se le secuestró a uno de los siete policías de la comisaría de Santa Ana detenidos desde el sábado por la mañana y vinculados al crimen del menor Víctor Fernando Márquez Dos Santos arrojó resultados positivos tras las primeras pericias realizadas por la Policía Científica.
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, se trata del arma reglamentaria que se le secuestró a uno de los dos oficial subayudantes, de servicio durante la noche del viernes 23 y la madrugada del sábado 24 de agosto en que fue ejecutado el adolescente.
Puntualmente, corresponde al uniformado de 32 años, tal como lo adelantó este Diario, principal apuntado como autor del crimen, investigación que lleva adelante la Dirección Homicidios de la fuerza provincial.
La Policía Científica cotejó la munición o “plomo” y el casquillo hallado en la escena del crimen, en una calle lateral a la Escuela de Comercio 10, a pocos metros de la avenida San Martín en Santa Ana.
Del análisis comparativo de la deformación del proyectil se adelantó, con máximas posibilidades de certeza, que corresponde a los utilizados por la misma pistola.
Se estima que este martes, tanto esta pericia como los demás informes con las actuaciones hasta el momento ingresarán al Juzgado de Instrucción 2, subrogado por el juez Fernando Luis Verón durante agosto. Y que con estos elementos el magistrado podría citar a indagatoria a los tres efectivos de la comisaría de Santa Ana que continúan bajo arresto, entre ellos, el del arma mencionada.
Cambios en la UR-XIII
Otra confirmación que se produjo este lunes desde la Jefatura de Policía de Misiones fue la orden en dirección a que los jefes de la Unidad Regional XIII de San Ignacio, de la cual depende la comisaría de Santa Ana, fueran desplazados de sus cargos y se designen nuevas autoridades.
El nuevo funcionario titular de la UR-XIII será Rafael Ángel Fernández, exdirector ahora de Planeamiento y Estrategia de la fuerza provincial. Reemplazará al comisario Humberto Daniel Rodríguez.
Voceros confiaron que el cambio apunta a transparentar lo máximo posible las tareas de investigación de lo sucedido hace diez días en Santa Ana.
Al respecto se destacó que no existen sospechas sobre los jefes salientes y que los cambios fueron tomados con calma y sin despertar versiones dentro de la fuerza.
Ejecutado en el piso
De forma paralela al avance de la pesquisa, fuentes diversas también confiaron este lunes que, de acuerdo a la posición en que fue encontrado sin vida Víctor Fernando Márquez Dos Santos, fue ultimado de un disparo en el ojo derecho estando boca arriba tendido sobre la calle terrada, lateral de la escuela mencionada y a treinta metros de la avenida San Martín.
Se puede interpretar con certeza que fue asesinado en total estado de indefensión, sin haber puesto resistencia o, como habitualmente se señala, reducido y presto a ser esposado y detenido.
El disparo le atravesó la cabeza y le quitó la vida de manera instantánea.
Las prendas de vestir no mostraron rastros de tierra a la altura de las rodillas. El pantalón de jean de Víctor Fernando estaba limpio en este sector, pero además la víctima fue hallada con las piernas extendidas, boca arriba y con la cabeza apuntando hacia la avenida San Martín.
No sólo habría levantado las manos y quedado quieto ante la presunta presencia policial, sino que habría obedecido también a la orden de agacharse y acostarse en el suelo. El paso siguiente quedó enmarcado por la crueldad de quien jaló el gatillo a menos de un metro de distancia del rostro del estudiante secundario en dirección descendente.
En cuanto a cuál fue el incidente que derivó en el asesinato, las hipótesis son varias pero ninguna insinúa siquiera aproximarse a la necesidad del macabro desenlace.
Libros modificados
De las mismas fuentes irrefutables, se supo que los libros de guardia con los movimientos de las patrullas, entre otras actividades realizadas en la comisaría de Santa Ana entre la noche del viernes 23 y la madrugada del sábado 24 de agosto, fueron adulterados y los testimonios y evidencias apuntan a que fue el oficial detenido quien modificó horarios y recorridos que habría realizado con la patrulla, una camioneta Chevrolet S-10, con intención presunta de no levantar sospecha cuando fueran revisados los detalles.
Estos libros también fueron secuestrados el sábado pasado por orden del juez Verón, quien además dispuso los siete allanamientos para detener a los siete uniformados que estuvieron en servicio en el turno remarcado. De todos los aprehendidos, cuatro suboficiales, entre ellos dos mujeres, fueron liberados el domingo pero continúan supeditados a la instrucción de la causa.
De los tres policías que continúan detenidos, dos son oficiales y el restante un cabo primero. Todos habrían estado en la patrulla cuando fue asesinado Márquez Dos Santos, por lo que restaría establecer que rol cumplió cada uno. Hasta el momento, como autor del crimen, el mayor peso de la sospecha recae en el oficial de servicio.