Como parte de las actividades del Día Internacional de Prevención del Suicidio, se realizó este martes por la mañana un encuentro organizado por la Asociación Civil Defender la Vida en conjunto con los clubes rotarios posadeños. El auditórium del Instituto Antonio Ruiz de Montoya recibió a funcionarios, profesionales, estudiantes y público en general para la disertación del psiquiatra y psicólogo social Enrique Stein, la cual tuvo como eje principal “El día después de un suicidio”. A sala llena, compartió sus apreciaciones acerca de la prevención, el proceso de duelo y el rol de los medios de comunicación.
Un problema presente
En el campo de la salud mental “en los últimos tiempos notamos el avance de dos grandes temas; por un lado el alarmante crecimiento del consumo de sustancias psicoactivas en los jóvenes y por el otro el tema que nos convoca: el suicidio. Sobre las condiciones en las cuales estos se producen tampoco tenemos una fórmula mágica de qué hacer, como si fuera una receta”, aseguró Stein durante la disertación.
Cuando una persona atraviesa la pérdida de un ser querido por un suicidio “la reconstrucción de los vínculos es la mejor ayuda para sostener la posvención, debido a la importancia de la estructura familiar como sostén del psiquismo individual. Como seres humanos nos constituimos siempre en grupo, en un entorno de vínculos a partir de los cuales uno se va individualizando dentro de una estructura grupal. Por eso la reconstrucción grupal, luego de un evento disruptivo, es un elemento terapéutico fundamental”, explicó.
A nivel mundial, “el suicidio está entre las 20 principales causas de defunción, que suman casi un millón de personas al año. Entre los factores de riesgos, podemos nombrar a la existencia de enfermedades mentales y la depresión, donde hay que aclarar que no es lo mismo que la tristeza, sino que implica algo mayor. En la psiquiatría muchas veces se confunde esto y existe esta tendencia a medicar todo con antidepresivos”, añadió.
Asimismo, este psiquiatra enfatizó que es necesario “tener en cuenta los contextos de la persona como ser las situaciones de violencia; las sensaciones de pérdida; los trastornos culturales y sociales. Sobre el abuso de alcohol y el consumo de sustancias existe una lamentable banalización de su incremento y presencia en la sociedad, lo cual lleva a que sea un factor de riesgo”.
La pérdida de un ser querido
Durante la charla, el público pudo participar e incluso contar -al borde de las lágrimas- sus experiencias relacionadas con el suicidio de familiares y personas cercanas. En todas estas intervenciones estuvo presente la pregunta sobre si es posible notar particularidades o señales para evitar que esto suceda. “Nadie está preparado para recibir la noticia de que un ser querido se ha quitado la vida y no existe la posibilidad de hacer un screening social, un relevamiento. Para muchas familias es muy difícil aceptar la idea de que nunca sabrán el verdadero motivo de la muerte por un suicidio”, sintetizó Enrique Stein.
El proceso de sanación
Al hablar de duelo, el psiquiatra manifestó que “la muerte de un familiar es una de las situaciones más estresantes por las que puede atravesar una persona pero puede hacerse más complicada aún cuando se trata de un suicidio. Causa un dolor intenso y prolongado que será único en cada persona que lo sufre. En esto, hay que pensar en términos de circunstancias no de culpas”.
Luego de un suicido, en el círculo social “se generan varias cosas. En primer lugar el enigma, el porqué es la pregunta que muchos se hacen, además del interrogante de si pude haber hecho algo o participé en esto. Así se abren investigaciones propias sobre cada situación particular. El estar tristes es una de las reacciones más normales y nos llamaría la atención que alguien no lo estuviera cuando acontece algo de estas características. La indiferencia muchas veces puede ser un mecanismo de negación del sufrimiento”.
En materia de asistencia, “los primeros auxilios psicológicos son fundamentales para evitar que prolifere a posterior la situación y actuar. Es sentarse, establecer un vínculo y hablar, no ponerle un micrófono para preguntarle cómo se siente ante esa desgracia, lo cual lastimosamente ocurre con los medios de comunicación. Aquel que está aislado luego de una experiencia disruptiva, tiene un pronóstico clínico peor de aquel que participa en organizaciones y actividades sociales”, lamentó.
Respecto al proceso emocional, aclaró que “el duelo es diferente a las relacionadas con otro tipo de muertes, en ocasiones más prolongado, donde el shock, el aislamiento y la culpa pueden ser mayores. El problema que también está presente es el de la estigmatización que surge de lo social. Esto significa el plantearse cómo pudo haberle ocurrido esto a esa persona”.
Tratamiento mediático
Por otra parte, sobre los medios de comunicación, el psiquiatra Enrique Stein opinó que “lamentablemente, lo que mide la importancia de los medios está dado por la noticia sensacionalista, lo cual viene asociado al mercado. Parecería que quienes los manejan premian a lo que tiene más rating. Para hacerse fuerte, creo que quienes transmitan el tema de forma verídica serán los que saldrán ganadores. A su vez, las estadísticas deben ser interpretadas cuidadosamente, así como los comentarios espontáneos. De esta forma se evitan las generalizaciones basadas en cifras pequeñas así como las expresiones como ‘epidemias de suicidios’ o el ‘lugar con la mayor tasa en el mundo’, por ejemplo”.