Guardaparques de Misiones se encuentran en estado de movilización por la preocupación ante un bajo presupuesto asignado a la subsecretaría de Ecología para el año 2020, entidad que tiene bajo su responsabilidad la gestión de las áreas naturales protegidas y a los trabajadores que custodian dichos espacios.
Al respecto, el guardaparque Javier “Colo” Báez, delegado en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), manifestó: “Desde el 2016 ese presupuesto se mantiene prácticamente en el mismo número y ahora asignan un aumento pero que es muy poco si se compara con las necesidades de infraestructura y de mejora salarial que enfrentamos, en un contexto de inflación y crisis económica cada vez más grave”.
De acuerdo al Presupuesto establecido para el próximo año para el Ministerio de Ecología, la subsecretaria de Ecología “pasará a disponer de 25 a 33 millones de pesos”, según detalló Báez. “Se valora el aumento, pero es insuficiente por donde se lo mire. Estamos hablando de la dependencia que debe cuidar de manera directa lo que queda de Selva Paranaense y en ese contexto estamos los guardaparques, cargados de muy buena voluntad para custodiar los bienes naturales, pero carentes de herramientas esenciales para hacerlo”, agregó.
Al mismo tiempo, los guardaparques provinciales detallaron que “las áreas naturales protegidas recibirán el 5,3% del presupuesto del Ministerio de Ecología”, e indicaron que “en los últimos 12 años el Sistema de Áreas Protegidas de Misiones se ha desfinanciado a nivel crítico”.
Faltan infraestructura y herramientas de trabajo
Por otra parte, los guardaparques advirtieron que no han recibido indumentaria de trabajo ni equipamiento para patrullar en los últimos 30 meses, y que “se están discontinuando las guardias en cinco destacamentos por falta de condiciones”.
“Varios de ellos no cuentan con una guardia permanente, en particular la Reserva de Biosfera Yabotí de 236.000 hectáreas, con sus destacamentos de ruta 2, Esmeralda y Caá Yarí que no cuentan con personal permanente y donde no están dadas las condiciones de higiene y seguridad para que el personal permanezca en el lugar”, comentaron.
En esa línea, expresaron que el Parque Horacio Foester, ubicado en la zona norte, en el límite con Brasil, “carece de vivienda, de modo que el personal asignado no está de manera permanente en el área”, y, continuaron: “Las tres zonas que tienen núcleos de bosques (Urugua-í, Yabotí y Cuña Pirú) están con serias falencias estructurales, como edilicias, de seguridad e higiene laboral, sin viviendas, falta de agua apto para consumo humano, electricidad, falta de indumentaria de trabajo, operativas por falta de recursos para estar en terreno como móviles, combustible, comunicaciones, y falta de personal”.
Por esas razones, explicaron: “No se está logrando garantizar la conservación de las zonas rojas y amarillas (establecidas por el Ordenamiento Territorial de la Ley de Bosques como prioritarias para conservación), sobre todas aquellas que lindan con Brasil y sufren la mayor presión de caza”.
Todos estos aspectos fueron ratificados por “Colo” Báez, quien también hizo hincapié en la necesidad de una recomposición salarial para los trabajadores de las áreas protegidas. “Con las recientes incorporaciones, somos 129 guardaparques, de los cuales 80 a 90 están en terreno, y es insuficiente para cuidar un millón de hectáreas de Selva; a eso hay que agregar que falta presupuesto para vehículos y para patrullas de control, y que nuestro sueldo no alcanza la canasta básica”, resumió.
Malas condiciones
Los guardaparques informaron que no han recibido indumentaria de trabajo ni equipamiento para patrullar en los últimos 30 meses y que en algunos destacamentos se ha discontinuado la guardia por falta de condiciones.