Como parte de las actividades del Día de la Diversidad Cultural, los jóvenes que integran el voluntariado del hospital de Pediatría Fernando Barreyro viajarán a Puerto Iguazú para realizar una actividad de integración con una comunidad mbya guaraní este 12 de octubre. Al tratarse de una organización sin fines de lucro, necesitan colaboración para el viaje, la alimentación y los juegos con los niños de la aldea Itá Potí Mirí. En PRIMERA EDICIÓN estará disponible una caja para recibir las donaciones de juguetes, alimentos y golosinas.
El coordinador general del voluntariado, Luis Esquivel, contó a este Diario que “esta actividad se generó luego de un contacto con los niños de las comunidades originarias que estuvieron internados en el hospital de Pediatría. Ahora los visitaremos en su hogar. Se trata de la comunidad Itá Potí Mirí, quienes fueron los que se dieron a conocer en el Bailando por un Sueño el año pasado tras el pedido de una escuelita propia y porque no tenían agua; ahora ya cuentan con esos recursos”.
Previamente ya realizaron encuentros en otras comunidades, como las del Cuña Pirú, en la entrada de Aristóbulo del Valle: “En esta experiencia resultó interesante el proceso de transculturación, el modo de ver la vida que ellos tienen. A pesar de tener algunos problemas, tienen una filosofía que es distinta pero que nos encanta y de la cual queremos seguir aprendiendo. Además, se coordinarán actividades en común para mejorar la calidad de vida en esas poblaciones. Este 12 de octubre pretendemos renovar nuestros acuerdos de trabajo con la comunidad al visitar Itá Potí Mirí”, aseguró.
El médico Luis Esquivel detalló también que en el contacto con estos niños “nos sorprendió que ellos ya viven la transculturación. Pensábamos que cantaban y bailaban cosas pertenecientes a su comunidad, sin embargo conocen más las canciones populares nacionales. Ellos nos aclararon que no se encuentran excluidos de nuestra cultura sino que somos nosotros -los blancos- quienes desconocemos sus costumbres. Así que buscamos generar una inclusión. Aparte queremos instrumentar sistemas tecnológicos de telefonía móvil para dar a conocer su cultura y con esos medios quizás puedan generar marcas para que pueden comerciar de alguna forma. Es un proyecto a modo de prueba y quizás podamos llevarlo a otras comunidades más grandes”.
Al tratarse de un voluntariado estudiantil, estas actividades se organizan a través de convenios con universidades y con los recursos autogestionados. Por ese motivos necesitan donaciones para la alimentación durante el recorrido de los niños y los jóvenes que viajarán a Puerto Iguazú.
“Necesitamos donaciones de juguetes, golosinas, principalmente para alimentar a los chicos ese día. En la comunidad son un total de 60 niños. Además, muchos de ellos tampoco conocen las Cataratas y viven a pocos kilómetros, así que los llevaremos en pequeños grupos a conocer ese lugar”, indicó.
Una parte importante
Como coordinador de este proyecto, Luis Esquivel señaló la importancia de este voluntariado en el hospital pediátrico.
“Esto inició en 2008. Fueron aprobado por proyectos de extensión de la UNaM y la Cuenca del Plata. Participan sobre todo alumnos de universidades locales, públicas y privadas. En estos años, los profesionales comprobaron que aquellos niños que jugaban durante el día requerían menos analgésicos para dormir confortablemente. En algunos hospitales, el método de Patch Adams, los payamédicos, se encuentra ya institucionalizado; tal es el caso del Barreyro, donde es una de las actividades del hospital. Es un voluntariado que cumple una función importante en el pediátrico a pesar de que parece algo informal por centrarse en los juegos”.
En cuanto a la labor dentro del hospital, detalló que “el voluntariado se realiza en los días más tranquilos, generalmente sábados y domingos. Tiene unos 100 estudiantes que se van renovando porque cada año se reciben y al profesionalizarse muchos se van. En general, son actividades que buscan que el niño se distraiga del dolor. Esto tiene un efecto analgésico que tiene una duración residual, dura varias horas, además cambia la visión del joven respecto al sistema de salud y del mismo modo lo hace con los padres. Se genera otro tipo de confort para superar situaciones críticas y en ocasiones cercanas a la muerte. Los casos más dramáticos que tuvimos fue en un trabajo previo a las amputaciones”.
Sumar colaboración
Quienes deseen colaborar con este viaje estudiantil, pueden dejar sus donaciones en la caja disponible en PRIMERA EDICIÓN, avenida Corrientes 2434. Las colaboraciones se recibirán hasta el 11 de octubre.