“La gente tiene que entender que con la Justicia no se juega”, dijo una vez un magistrado a este Diario, respecto a los que, sin medir las consecuencias, dan falso testimonio en un juicio.
Una irresponsabilidad similar a la que se vive ahora en torno a un caso de homicidio que se debate por estos días en el Tribunal Penal 1 de Oberá. En la primera jornada estaban citados cinco testigos y no se presentó ninguno.
Los magistrados ordenaron que los fueran a buscar por la fuerza pública. De esos cinco, volvió a ausentarse el testigo clave, quien finalmente fue ubicado y detenido para que declare por la muerte de Rafael De Lima (24) y las heridas gravísimas que sufrió su hermano. “Baixinho” Da Silva (45) es el acusado del crimen.
La semana pasada, el Tribunal obereño emitió un alerta a los efectivos de la Comisaría de Pozo Azul para que ubiquen a un ciudadano de 64 años que oportunamente había sido notificado para que se presentara en el debate pero no lo hizo.
Personal policial se dirigió hacia el domicilio del testigo, ubicado en el kilómetro 80 de la ruta 17. Luego de recorrer la zona en busca de su paradero, fue ubicado en un camino vecinal. Cuando los efectivos le preguntaron su nombre, confirmó su identidad. Tras ser informado de que lo buscaban por no presentarse a la audiencia, se explayó con excusas varias, pero éstas no sirvieron de ninguna manera para evitar que lo detuvieran.
Fue trasladado a la comisaría local y, una vez examinado por un médico, quedó alojado allí durante todo el fin de semana. Hoy a primera hora será trasladado a los Tribunales para que finalmente declare.
“Baixinho” dijo que se defendió
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En el primer día del debate, al no haberse presentado ningún testigo, el único que habló fue el imputado. Señaló que no conocía a los hermanos De Lima y que en una oportunidad, sin ningún motivo, uno de ellos “lo atajó” en la calle y lo amenazó con un machete. “Pero qué pasa, si yo nunca te molesté, por qué me perseguís”, le dijo. Según su versión, el agresor sacó un machete, le pegó un planazo y le dijo que la próxima lo iba cortar directamente. “Yo salí a correr”, dijo “Baixinho”.
Luego de ese episodio, Da Silva dijo que se fue a trabajar a Santa Fe por aproximadamente 20 días y tuvo que regresar debido a que su esposa había tenido un bebé antes de lo previsto.
El 23 de septiembre de 2017, el día que regresó a Pozo Azul, pasó por un bar donde compró un encendedor. Según su testimonio, fue atacado por los dos hermanos, quienes portaban palo y machete.
Él, que tenía un cuchillo, se habría defendido del dúo, provocándole la muerte a uno y eviscerado con un corte transversal en el abdomen al segundo.
“Baixinho” escapó hacia el monte y se mantuvo prófugo hasta el 14 de noviembre de 2017, cuando fue detenido por la Brigada de la UR-II en Panambí.
Esta imputado por los delitos de “homicidio” y “homicidio en grado de tentativa”. El debate, que debía resolverse en un solo día, con la de hoy sumará tres audiencias. Todo indica que al mediodía habría sentencia por el crimen de Pozo Azul.