Más de 50 productores de la tierra colorada integran la cuenca cebollera. Por ahora, los colonos analizan a qué precio se comercializará el producto y se preparan para la cosecha que arrancará en diciembre.
La cuenca está compuesta por productores de la zona de San Vicente, San Pedro, Colonia Polana y alrededores.
En Misiones se contabilizan unas 100 hectáreas cubiertas con plantaciones de “cebolla morada INTA”. El producto tiene buena demanda, por lo cual es una alternativa productiva con grandes posibilidades de crecimiento.
En lo que respecta al crecimiento y el trabajo en las zonas se expresó el subsecretario de Desarrollo y Producción Vegetal, Yaco Mazal, quien señaló que “la cuenca se sostiene en torno a la cantidad de hectáreas plantadas”.
Explicó que “la cebolla es una alternativa interesante que está teniendo una fuerte demanda”.
Ante la posibilidad de insertarse en nuevos mercados, dijo que “sería posible ampliar poco a poco la producción, pero se debe ver cómo cierra la campaña”. Aseguró que “se trata de un gran potencial porque la cebolla morada es demandada”.
Afirmó que “es una alternativa interesante sobre todo teniendo en cuenta la situación del país”.
Sin embargo, consideró que se debe hacer un análisis primero. “Por ahí se lanza un producto y genera en cantidad, pero se termina ahogando al mercado”, dijo.
Desde Provincia brindan a los productores asistencia técnica, capacitación e insumos. Aunque desde el Ministerio del Agro reconocen que “no todo el material sale del ente”.
La asistencia se realiza en marzo y la cosecha se hace en diciembre.
El nacimiento de la cuenca se llevó adelante luego de varias pruebas. “Fueron exitosas en la zona de Jardín América, Colonia Polana y San Vicente”, expuso Mazal.
A la vez, subrayó que “la producción fue creciendo y se extendió a San Pedro. Estamos teniendo buenos resultados”.
En cuanto al manejo y la inversiones que deben hacer los colonos para sostener la producción, el ingeniero indicó que “en términos de manejo es muy accesible para los productores y les brinda un ingreso, ya que es una alternativa productiva”.
En lo que respecta a la producción total, Mazal detalló que “en estas 100 hectáreas, de acuerdo al manejo que se da en las chacras, hay un promedio de 14.000 y 16.000 kilos; pero hay lotes en los que se cosechan hasta 18.000 kilos por hectárea”.
La comercialización, en tanto, lo hacen en bolsas de 19 o 20 kilos y, en la actualidad, los productores evalúan a qué precio se venderá la cebolla morada.
Mazal consideró que “la cebolla colorada es demandada y atraída por el consumidor, por eso se vende mucho en la zona. Incluso, algunos se acercan hasta las chacras para buscar el producto, entre ellos compradores de Chaco”.
Advirtió que antes de sumar más hectáreas a la cuenca, “se debe evaluar y probar a pasos cortos”. En lo que refiere a los trabajos futuros, manifestó que “se debería seguir desarrollando todo lo relacionado a los recursos, los cuales a veces son limitados”.
Agregó también que “uno de los puntos en los que se trabajará será en la incorporación de más tecnología a la producción”. Por último, apuntó que “se irá ajustando algunas cosas relacionadas a la mejora en los procesos productivos”.