El arte siempre ha sido la forma de expresar emociones o una especie de “catarsis” que relaje el día a día. Ambas maneras son válidas y así lo expresa el periodista Héctor Hugo Quintanilla, quien desde 1993, trabaja en medios locales y hace varios años se dedica al arte en la privacidad de su hogar, pero no se alejó de las redes sociales, donde publicó algunas de sus obras e inmediatamente curadores del viejo continente lo invitaron a exponer en algunas de sus galerías y muestras.
El profesional describe que pintar es “como un fluir abierto entre la percepción visual del interior profundo del artista, la catarsis del periodismo del día a día y un diálogo generado con su pintura”. Pero desde hace algún tiempo viene plasmando también su arte en óleo y acrílico, siempre en expresionismo abstracto.
La sorpresa fue cuando desde la Van Gogh Gallery de Madrid (España) le envían un correo electrónico donde le remarcan que “habían tenido el placer de ver sus trabajos a través de internet y que les habían parecido interesantes para exponer en el marco de la Luxembourg Art Fair 2019 que se desarrollará el próximo 5 al 8 de diciembre.
En forma paralela y tras mantener varios diálogos con un curador de arte del Reino Unido, éste le propone exponer en la Hansford and Sons Gallery tres de sus obras y en la plataforma de artistas emergentes de ese país.
“La idea de pintar expresionismo abstracto es elegir los colores de manera simbólica haciendo catarsis de la realidad para centrar la atención del observador en la abstracción cromática en donde el color se transforma no sólo en el método sino también en cuerpo y componente” dice Quintanilla.
“Las manchas y salpicaduras de color provocan diversas sensaciones anímicas y estados de ánimo en el espectador que van desde la serenidad hasta la nostalgia y la melancolía, como así también los días de furia”.
Así, y por medio de la simple plasmación del color, sus pinturas expresan asociaciones y sentimientos, evocan de un modo místico estados naturales de inconsciencia y subconsciencia, sin la intromisión directa de la percepción consciente. Estamos pues ante composiciones provocadas por la contemplación de la naturaleza y la inventiva intuitiva, ante pinturas que responden a impulsos subjetivos en función de la creación y la perceptibilidad como si estuviéramos mirando un informativo donde se conjugan todos tipos de sensaciones y la complicidad entre el emisor y el receptor.
Con respecto a sus técnicas Quintanilla señaló que “me gusta trabajar el acrílico sobre papel. Primero suelo aplicar una capa de pasta para modelaje, tratando de buscar relieve. Esta textura ayuda a que la obra pierda las dos dimensiones definidas por el papel. Luego, comienzo a trabajar con distintos tonos de pintura acrílica o de tinta, logrando un diálogo con el cuadro. A partir de ahí, van surgiendo nuevas ideas que se suman a las ideas originales convirtiéndose en un ida y vuelta, hasta llegar a un punto que el color, la forma y la textura terminan definiendo la obra y finalizando en una delicada pieza de expresionismo abstracto”.
Como objetivos que se plantea, “más allá de exponer, es poder dominar la técnica en la que estoy trabajando hoy en día. Me gustaría conocer sus límites, para poder agregar nuevos elementos”.
Con respecto a sus artistas favoritos, Quintanilla comentó que entre sus preferidos se encuentran Guillermo Roux, Petorutti, Quinquela, Soldi y Castagnino. De otros países resalta las pinturas clásicas de Goya y El Greco; y del arte moderno a Jonas Lundh, Pollock, Picasso, Dalí y de Kooning. Finalmente señaló que de todos aprende constantemente.