La campaña llega pronto a su fin. El próximo viernes desde las 8 ya no habrá spots electorales en los medios y los candidatos ya se habrán jugado toda la estrategia. De hecho, ya no se pueden difundir encuestas de intención de voto, por la veda impuesta desde ayer. Antes, esta noche, los postulantes lanzarán los últimos discursos para captar indecisos en el segundo debate obligatorio, al que prometieron ir nuevamente todos.
En siete días, los misioneros y los argentinos empadronados a tal fin, irán a las urnas para elegir al próximo Presidente de la Nación, al Vice y a los legisladores nacionales que representarán los intereses misioneros en el Congreso. Un día después, de no haber instancia de ballotage, uno de los seis aspirantes a la Casa Rosada deberá ponerse a diagramar su Gabinete y sus primeras medidas, para un país en estado crítico (social y económicamente).
En ese Presidente elegido por mayoría, de acuerdo a lo establecido por la ley, se depositará la esperanza de un presente y un futuro mejor al actual. Aunque parezca trillado, siempre será la expresión de esperanza del pueblo en mejores gobernantes. Aún cuando los sucesivos mandatarios desde el retorno de la democracia, no lo demostraron plenamente o no colmaron las expectativas de los votantes. Sin embargo, nada puede detener la expresión libre de la elección y de la confrontación de ideas.
Los frentes realizaron movidas de militantes importantes esta semana. El peronismo (en todas sus vertientes) aprovechó el día de la lealtad para encontrarse en La Pampa, en lo que pareció un cierre proselitista. Allí estuvo el gobernador Hugo Passalacqua en representación de la renovación misionera.
El macrismo, por su parte, realizó la “marcha del millón” en Buenos Aires mientras que, un día antes, Miguel Pichetto pasó en tren proselitista por Misiones.
Roberto Lavagna, que no visitó Misiones en todo lo que duró la etapa preelectoral, cerrará la campaña en Salta, donde gobierna su compañero de fórmula Juan Manuel Urtubey.
Precios incontenibles
La inflación se ganó la semana informativa. No es para menos, porque se llegó a la cifra más alta del año durante septiembre. Quienes viven en el empobrecido y postergado NEA, volvieron a aparecer en la cima de un ranking de sufrimiento: los precios se dispararon más en esta región que en el resto del país.
Mientras el promedio nacional fue 5,9%, en el Nordeste llegó al 6,2%. Los rubros que más se incrementaron en esta zona fueron “prendas de vestir”, “recreación”, “salud”, “bienes y servicios varios”.
Nada hace suponer un pronóstico de descenso de los índices para octubre y noviembre, incluso diciembre.
Según el último relevamiento de especialistas que realizó el Banco Central de la República Argentina (BCRA), los mismos estimaron en 54,9% la inflación de 2019; y 40,5% la de 2020. En ambos casos, un duro golpe para la economía de los argentinos.
La suba de precios acumulada entre enero y septiembre se ubicó en el 37,7% y en doce meses lleva un alza del 53,5%.
En campaña, nuevamente tratando de separar al Presidente del candidato, Mauricio Macri afirmó en Chaco: “Vamos a poder salir de esta economía desordenada, donde hace 80 años que los argentinos tenemos una inflación promedio de más del 60%, pero la verdad que no se puede vivir con este nivel de inflación que nos mata a todos”. Si lo sabrá la enorme mayoría de los gobernados por él, que esperaron cuatro años de medidas para contenerla y solamente tuvieron mayor empobrecimiento.
En tren de promesas en el “Sí se puede”, Macri pidió más tiempo para buscar una salida a la crisis: “4 años es muy poco tiempo para arreglar décadas de desorden”. Habrá que ver el 28 de octubre si fue escuchado su mensaje.
Aunque el “combo” problemático no se circunscribe solamente a la inflación sino también a la pobreza, la indigencia, la moneda con menor valor, la desocupación, el altísimo endeudamiento, entre otros aspectos que deberá atender el próximo Presidente.
Desde la vereda opuesta a Juntos por el Cambio, el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, aseguró que le “preocupa” que el 28 de octubre, Macri “vuelva a enojarse” y haga “un disparate como el que hizo del 12 de agosto”.
“Lo escucho a Macri decir que se endeudó para pagar la deuda de Cristina, es incalificable”, mientras argumentó que “la Argentina era el país en el mundo con la más baja relación de deuda con producto bruto”.
Fernández recomendó al Presidente “revisar sus mentiras” y pronosticó: “Nos esperan tiempos muy difíciles” en un escenario “complejo” y con “muchas carencias”.
En un escenario conflictivo y violento como el que se vive en Chile, Ecuador, Paraguay; y en Europa con España, Gran Bretaña y Japón en los que la economía y la política se dirimen en las calles entre manifestantes y fuerzas de seguridad, la Argentina debe comprometerse a un proceso pos electoral pacífico, que no genere mayor trauma que el que vive la población actualmente.
Finalmente, el FMI también está en alerta sobre el 28 de octubre. La nueva directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, dejó en claro que no habrá fondos hasta que se conozca quién gobernará el país: “Estaremos muy interesados en ver cuál es el marco de política que se establece, y cuando tengamos eso podemos continuar esta conversación”.
A su vez, el subdirector del FMI, David Lipton, agregó: “Siempre trabajamos con quien gane las elecciones y ayudaremos a Argentina a lidiar con sus problemas”.
La propuesta de la UCA
El coloquio empresario de IDEA se despidió sin tener a dos de los principales contrincantes políticos que se posicionaron como tales en las PASO. Sí estuvieron gobernadores, empresarios y dirigentes sociales que disertaron sobre la realidad y el futuro del país.
Ni Macri ni Fernández estuvieron frente a frente con un empresariado descontento, desconcertado sobre el futuro del país y con activos reclamos de medidas para el sector. El Presidente aceptó una videoconferencia al igual que su ministro de Hacienda, Hernán Lacunza.
Pero, desde la mirada social, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA volvió a destacarse por su propuesta, que sumó apoyos y críticas en un contexto que tiene a decenas de miles de argentinos en la pobreza y la indigencia.
El director del Observatorio Agustín Salvia, aseguró en IDEA que se necesitan unos “cuatro millones de empleos de salarios mínimos para erradicar la indigencia y bajar la pobreza a menos del 8%”. A simple vista surge la dilema de quiénes están dispuestos hoy a generar esa cifra de trabajadores en regla.
Salvia aseguró que, para bajar la indigencia, alcanzaría con la creación de planes sociales por “1.300 millones de dólares anuales”, pero “eso no afectaría la pobreza”. “Es un ejercicio sobre que si le damos un millón de planes nuevos -eso representa el 0,3% del PBI-, bajaríamos a menos del 2% la indigencia y la pobreza no se movería. Como alternativa a eso, la idea es apuntar a bajar la pobreza con trabajo”, señaló.
“Los datos que hay son viejos, ya estamos en el segundo semestre y, seguramente, la pobreza está en no menos del 37%, con un 8% de indigencia, es decir, 3.600.000 personas en la indigencia”, evaluó Salvia, al referirse al último índice difundido por el INDEC, del 35,4% en el primer semestre de 2019.
Con datos concretos, el Gobierno nacional dejó de publicar en abril de este año las estadísticas de los numerosos planes y programas vigentes. Por lo tanto, se desconoce el impacto que los mismos tienen en las alarmantes estadísticas: “hoy, el riesgo alimentario por hambre en Argentina, alcanza a 800 mil hogares”, recordó Salvia a los oyentes del evento realizado días atrás. En ese sentido, detalló que “dos de cada tres pobres no logran salir de la pobreza de un año a otro, ni de una década a otra”. El titular del Observatorio de la Deuda Social de UCA, llamó a la dirigencia privada y pública a alcanzar “políticas activas y un nuevo pacto político, económico y social”.
Consensos
En Misiones, la semana institucional y política terminó con dos importantes señales. La primera salió del Concejo Deliberante posadeño, donde oficialismo y oposición aprobaron el presupuesto de la ciudad (para la gestión de Leonardo Stelatto) por unanimidad. Mucho tuvo que ver la figura de Fernando Meza en ese resultado.
La segunda, con la finalización de las sesiones de la Legislatura provincial, donde se contabilizaron 62 nuevas leyes impulsadas por oficialistas y opositores. Así, se despidieron los 17 diputados que no fueron reelectos en sus bancas y, en 40 días aproximadamente, llegarán los reemplazantes elegidos el 2 de junio.