Guernsey está situada al norte de las costas de Normandía, a unos 40 kilómetros de la bahía de Saint Maló, y a unos 115 kilómetros de las costas galesas.
Se pueden señalar diferentes atractivos turísticos como el interesante castillo llamado Castle Cornet o el cementerio Le Creux es Faies, que en el pasado se consideraba un portal al país de las hadas.
El clima en la isla es sensacional, y aunque estos puntos de interés merecen la pena, lo cierto es que lo que conquistará al turista es aquello de lo que no se puede hablar, sólo sirve experimentarlo, como los paseos interminables, las playas en ocasiones desiertas, los templados inviernos que se viven en la isla y los veranos cálidos bañados por el sol.
Otro punto que suma, es que hoy día, aún mantiene intactas sus fortificaciones (de hecho, fue la segunda isla más fortificada de Europa en la Segunda Guerra Mundial) y se pueden visitar muchas de ellas, salvo la batería de Mirus, que está cerrada al público. Sus habitantes hablan el francés por regla general, aunque para ser más concreto, es un dialecto del mismo que deriva del normando.