Hace poco más de dos años, un hombre agredió a cuchilladas a un joven y apuñaló a otro, provocándole la muerte. Todo ocurrió en un especie de bar ubicado en el barrio Municipal de Aristóbulo del Valle.
La víctima fatal fue identificada como Roberto De Lima (45), mientras que quien había quedado grave tras el ataque se trataba de un compañero de la víctima, que en ese entonces tenía 29 años.
Por este hecho, el agresor y quien habría sido su concubina, una joven de 28 años, se sentarán en el banquillo de los acusados en el Tribunal Penal de Oberá. Será el próximo martes 29 de octubre y se estima que la audiencia será de una sola jornada.
Ambos llegan acusados del delito de “homicidio y lesiones gravísimas”. Si bien quien habría blandido el arma blanca habría sido el acusado, la joven habría tenido algún grado de participación en el acto, dado que en la etapa de instrucción de la causa el magistrado interviniente decidió imputar también a la compañera de quien sería el homicida de De Lima.
El drama se desató en la tarde del 12 de agosto de 2017, en un domicilio que tenía un improvisado patio de bebidas. Allí se encontraban en un sector el hombre que terminaría apuñalado a otro en compañía de su concubina, mientras que en el otro lado estaban De Lima y su amigo.
Según lo que pudo reconstruir la investigación, al parecer hubo alguna mirada fuera de lugar y hasta algún comentario hacia la joven que provocó la ira de su pareja contra los otros hombres. Habrían intercambiado improperios y, sin ninguna intención de zanjar el problema de forma civilizada, el agresor tomó un cuchillo y le asestó una puñalada a De Lima en el tórax.
Cuando su amigo quiso reaccionar también sufrió una estocada en el abdomen. Herido, De Lima intentó correr del agresor pero se desplomó a los pocos metros. La lesión, que habría sido en el pecho, resultó mortal.
El agresor huyó a esconderse y al parecer primero pasó por su vivienda para esconder el arma blanca, antes de internarse en una zona de malezas. Sabía que en poco tiempo la Policía lo iba a estar buscando.
Tras ser apresado, con orden del juez, los efectivos de la UR-IX allanaron su casa y secuestraron tres cuchillos. Las pericias luego determinarían con cuál de ellos había cometido el crimen.
Roberto de Lima se dedicaba a la tarefa y changas varias. Era de San Vicente y la muerte lo encontró en Aristóbulo del Valle.