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El desperdicio de comida “es un problema que nos incumbe a todos, todos podemos hacer algo desde nuestro lugar y el momento es ahora”, según el referente del proyecto AlimenDar, Gionas Borboy. Bajo esa consigna, comienza a hacerse realidad una Red Misionera Anti Desperdicio en la que diferentes organizaciones públicas y privadas trabajarán acerca de esta problemática, desde la etapa de producción hasta el consumo final responsable.
“Pensamos que tenía que ser ahora y es así, ya es una realidad. Vamos a empezar a darle forma y comenzar a invitar a todos: el productor, el sistema de logística, pasando por supermercados, comercios y negocios gastronómicos, además del consumo responsable de cada hogar”, anunció Borboy a PRIMERA EDICIÓN.
De “apagar incendios” a evitarlos
Según el referente de AlimenDar (“heredera” de las antiguas “La Comida no se tira” y “Plato Lleno Posadas”), “el rescate de alimentos es algo muy humano y solidario, pero es como apagar un incendio: hay que evitar el desperdicio de comida. Están buenísimas estas herramientas para poder favorecer a los comedores (con la entrega de la comida que sobra), pero realmente no debe existir el excedente de comida cuando hay tantas personas que padecen hambre. Entonces, vamos a sentarnos todos los actores que estamos relacionados con esto, dar las herramientas y mostrar a las empresas privadas que las reglas están establecidas: a través del Régimen provincial para la donación de alimentos, que fue aprobado por la Legislatura misionera en conjunto con el Banco Provincial de Alimentos, que estamos ansiosos de que tome acción próximamente”.
“Ahora la Red debe establecer qué acciones vamos a tomar a corto y mediano plazo y hacer una invitación a todas aquellas instituciones y organizaciones que quieran sumarse. Obviamente el Banco Provincial de Alimentos va a estar, pero también queremos invitar a la Secretaría de Agricultura Familiar, a la Vicegobernación, a las entidades que trabajan con los pequeños productores, porque uno de los tips es el consumo local. También al Mercado Concentrador, que es un donante constante nuestro, y al sector privado, todas las empresas vinculadas a los alimentos, que puedan sentarse en esta mesa y transmitirnos sus inseguridades, miedos y por ahí los vacíos que ellos necesiten que sean cubiertos o solucionados”, enumeró Borboy.
Entre otras acciones, pretenden generar campañas de concientización, charlas informativas, capacitaciones y elaborar índices acerca del desperdicio de alimentos “como para poder saber dónde estamos parados, porque hoy no sabemos cuáles son las dimensiones del problema acá en la provincia. Sabemos que en Argentina se tiran 16 millones de toneladas, pero nosotros como voluntariado no podemos abordar semejante relevamiento en toda la provincia, entonces la idea es poder dar las facilidades a profesionales o diferentes organizaciones que trabajan al respecto para poder tener datos”.
Además, “establecer un protocolo desde el momento de la compra hasta el momento -si es que llega al caso- de que se genere un excedente. El protocolo promueve que no haya excedente a través de la organización, comunicación, capacitación… pero en caso de que exista el excedente, que éste pueda tener un buen destino, que las personas no sólo nos llamen a nosotros, sino que ellos mismos puedan hacer el rescate” en condiciones de higiene y seguridad óptimos.
Cuestión ambiental
“Es una pirámide invertida donde el eje principal es la prevención y después tenemos un segundo plano consistente en compartir, reutilizar o reciclar los alimentos; como última parte tenemos que poder hacer hasta abono, y todo esto teniendo un sustento ambientalista. Tenemos que ver más allá de lo que puede ser cualquier aspecto moral, de lo absurdo de tirar la comida: es un problema ambiental, un problema económico por los recursos que se gastan y un despilfarro de recursos naturales, como el caso del agua, por ejemplo”, sentenció el referente de AlimenDar.