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El 2019 no será recordado como un año más para Agustín Da Silva (21), una de las máximas promesas del atletismo misionero. Y no sólo por los triunfos a nivel provincial y nacional. Es que 2019 también fue el año en el que uno de sus sueños se hizo realidad: representar a una marca deportiva.
Días atrás, Da Silva logró lo que pocos. Después de ratificar su nivel y consagrarse campeón en el Nacional de Cross Country U-23 y en el Nacional de Atletismo U-23 en los 5 mil metros, el teléfono sonó y del otro lado hablaba el mánager deportivo de la firma de indumentaria Fila, fundada en 1911 en Italia pero con actual sede en Corea del Sur.
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La empresa viste principalmente a figuras del tenis, como los argentinos Guido Pella y Diego Schwartzman, además del croata Marin Cilic o los estadounidenses John Isner o Sam Querrey.
“Tuve la oportunidad de ganar esos dos campeonatos argentinos y correr un buen tiempo. Fue después de eso que se contactó el mánager del equipo Fila de atletismo y me invitó a formar parte del equipo. Somos unos diez chicos. Nos dan la indumentaria completa: zapatillas, camperas, remeras, musculosas, todo”, le contó Agustín a EL DEPORTIVO, con una sonrisa en el rostro. “No me imaginaba todo esto, era un sueño representar a una marca deportiva”, agregó.
Da Silva aseguró que formar parte de ese team y contar con el respaldo de una firma internacional lo motiva aún más de cara a lo que se viene. “Este fue un buen año, logré bajar tres veces mis marcas en los 5 mil metros. Y creo que el año que viene va a ser todavía mejor. Por lo pronto, queda entrenar y seguir preparándome”, sintetizó el atleta, quien tiene como sueño final “participar en algún Juego Olímpico o en un Mundial, lo que sería demasiado. Por eso es que no bajo los brazos”.
Con la pilcha nueva, Agustín tuvo la mejor de las presentaciones. El último finde participó como invitado en la tradicional prueba de La Victoria, en Asunción, fecha válida por el Nacional de la Federación Paraguaya de Atletismo.
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“Fui el único argentino y pude ganar los 5 mil metros de punta a punta. Fue reñido, porque el segundo terminó apenas a 4 segundos. Marqué un tiempo de 15m11s87/100. Participé porque quería cerrar el año con una prueba más de ese tipo en pista. Y salió a la último, porque pude confirmar mi presencia tres días antes y entonces me contacté con el Ministerio de Deportes, para saber si existía la posibilidad de que me ayudaran con el traslado. Y así fue. Conté con ese apoyo y con el de algunas empresas de Oberá. Allá en Paraguay me recibieron muy bien, me dieron alojamiento y todo”, explicó Agustín, quien como fue invitado, compartió el primer puesto junto al paraguayo Héctor Silguero Olmedo, segundo en pista.
Con la pilcha nueva de la firma internacional, Agustín afrontará los próximos compromisos que le quedan para el año. Después habrá un breve descanso y el inicio de un 2020 que, vaticina él mismo, “va a ser todavía mejor”. Esa es la apuesta.
El deporte como elemento de cambio
“El deporte tiene esa característica, la de cambiar realidades”. La frase es de la nota que PRIMERA EDICIÓN le hizo a Agustín Da Silva el miércoles 3 de febrero de 2016 en su casa del barrio Caballeriza de Oberá, cuando tenía 17 años y asomaba como proyección.
En aquel momento, Agustín contó en detalle su dura infancia, en la que debió hacerse cargo de su familia desde chico, en los yerbales, en razón de que su madre sufre un problema de salud. “Era de madrugada, a veces hacía frío y en las hojas de yerba se formaba hielo. Sufría mucho porque los guantes me quedaban grandes, se mojaban, se me congelaban las manos y no sentía los dedos. Era feísimo, no veía la hora de que salga el sol”, contó en ese entonces sobre la época en la que tuvo que dejar la escuela para tarefear.
Cuánto cambió la vida del atleta desde entonces: es múltiple campeón nacional y acaba de sumarse al equipo Fila. “Si no fuera por el atletismo, hoy estaría tarefeando o de albañil”, dijo hace más de tres años. Un ejemplo.