Calidad y variedad de productos, capacitación permanente e innovación constante. Son los pilares de panadería y confitería “Petri”, que el viernes por la noche inauguró sus nuevas y amplias instalaciones sobre la ruta ex-213 casi avenida Quaranta, para brindar sus servicios a los pobladores de una vasta y pujante zona capitalina.
“Es un día especial para mí”, dijo visiblemente emocionado, Sergio Petri, propietario de este proyecto familiar que vio la luz hace once años. Pronunció unas palabras ante numerosos clientes y amigos que se acercaron a compartir un brindis, después que el sacerdote Yamil Domínguez bendijera el edificio y pidiera por las familias de todos quienes allí trabajan.
“Pongo a Dios en primer lugar porque él es el único que hace posible todas las cosas”, dijo, al tiempo que a agradeció la presencia de los invitados que “comparten este momento, después de tanto esfuerzo. Agradezco a mi esposa y a mis hijos, que están conmigo siempre. Y especialmente al equipo de trabajo porque todo se logra gracias al trabajo en equipo. Eso hace posible que hoy inauguremos un nuevo local”.
Sostuvo que “todos son importantes. Detrás de esto hay mucho trabajo. Cuando un cliente busca el pan calentito es atendido por las vendedoras pero detrás hay un gran equipo de personas que posibilita que esto suceda”.
Cansado pero expectante, recordó que el comercio se inició “con una pareja amiga que decidió invertir y apostó en nosotros. Ahí arrancó todo y trabajamos duro todos los días. Es un momento difícil para invertir pero me animo a hacerlo igual, mucha gente me preguntaba si no tengo miedo. Y claro que lo tengo, y mucho miedo. Si no tuviera, creo que sería un loco importante. Tengo mucho miedo pero también eso hace que trabaje más seguro, que marque todos los puntos, para poder mantenernos día a día”.
“Trabajamos mucho durante estos días previos. Nos jugamos todas las fichas así que esperemos que a partir de ahora los clientes comiencen a venir, a responder”, agregó el dueño del comercio, que tiene su casa central en el barrio Santa Helena, de Garupá, y una sucursal sobre Chacabuco 4830 casi Aguado, de Posadas.
En todas ellas, los clientes pueden encontrar un surtido completo en panificados dulces y salados, y comidas elaboradas.
Petri no pudo evitar referirse a la cantidad de personas que días atrás hicieron largas filas para poder ingresar a trabajar en su comercio y sostuvo que “fue una locura. Fueron muchísimos los que acudieron en busca de trabajo y gracias a Dios quince de ellos ya se integraron al equipo, algunos a modo de prueba. Eso nos enorgullece un montón. Tenemos mucha confianza que este negocio requiera a más empleados. Lo estamos iniciando pero tenemos fe que vamos a sumar a más gente”.
Confió que la elección “fue muy difícil porque eran muchísimas carpetas (cerca de 1.200). En su currículum hacían ver que buscaban trabajo para mantener a su familia, para ayudar a su papá, para criar a sus hijos. Era más eso que el currículum en sí. Me emocionaba cuando los leía porque las cosas que ponían eran impresionantes. Eso fue fuerte”.
A once años del primer impulso, Petri se encuentra entre las panaderías que más innovación presenta en sus productos y cuenta con un equipo capacitado para ofrecer elaboraciones con materia prima de primera calidad y brindar la mejor atención al público.