La música y el canto forman parte de la expresión del hombre, es una manera creativa de trasmitir emociones, pensamientos y mensajes. Este lenguaje universal es inculcado hace más de 45 años por un grupo de docentes e intérpretes de la Escuela Superior de Música (ESMu), que trabajan en la formación de profesionales en la enseñanza e inculcan la sensibilidad y creatividad en niños, jóvenes y adultos.
El espacio ofrece una variada oferta académica de manera gratuita, en la que se encuentra un Nivel Básico para niños, adolescentes, adultos y adultos mayores. Luego una formación Artística para la Industria Cultural dirigida a mayores de 15 años con conocimientos previos de música y un Instituto de Formación Docente de Profesorado de Música (FAPIC).
Entre estas propuestas, se destaca la enseñanza para niños a partir de los 5 años, quienes a través de la diversión y el entretenimiento se adentran al “mundo de la música” para aprender sus primeras canciones y melodías.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Ana María Barzola, actual directora de la ESMu, comentó que los niños aprenden jugando y ensayan con pequeños instrumentos como xilofones y tambores, convirtiéndose en la única institución de la provincia en tener estas propuestas para niños de tan corta edad. “Nosotros reformamos lo que teníamos y lo adaptamos para tener alumnos de los 5 años” explicó la profesional.
Como estipula la Ley provincial de educación, la sala inicial tiene un cupo limitado de 15 alumnos “que es lo ideal para trabajar, además las profesoras trabajan en parejas pedagógicas, también tenemos ayudantes que salen del profesorado que son practicantes del segundo año que asisten y ayudan, esto brinda un acercamiento a su práctica profesional, porque ellos se están preparando para ser profesores de música” comentó.
El ciclo se implementó este año donde “primero hubo bastante temor por parte de los docentes porque no estábamos acostumbrados, inclusive la parte administrativa, pero a la vez los niños tienen eso que si vienen y la están pasado bien, la devolución que te dan en ese disfrute, en ese goce musical, es amplio para todos” reflexionó, además agregó que el horario del taller es a la siesta y “el otro día me comentó una mamá que su hijo le dijo ‘tengo música’ y lo tuvo que traer a la escuela, son los mismos niños que no se permiten faltar, eso es un signo de que disfrutan y les gusta” relató.
Incluso para facilitar el aprendizaje, se les pide a los alumnos unas valijas preparadas para niños, en cuyo interior contienen pequeños instrumentos para ser utilizados en cada clase.
La profesional adelantó que las inscripciones para el año que viene comenzarán en marzo, al igual que cualquier institución educativa de la provincia aunque “estamos analizando si hacemos preinscripción ahora o en febrero porque la salita de cinco tuvo mucha demanda. También tenemos salitas de 6, 7 y 8 años donde no hubo deserción”. Vale destacar que la institución realizó trabajos de remodelación para adecuar las instalaciones para albergar a los niños que concurren dos veces por semana a las clases y destacó que “los chicos no quieren faltar”.
¿Vivir de la música?
Muchas veces el joven que ingresa al Ciclo Básico lo hace con el fin de “hacer música”, pero al llegar a la mayoría de edad, muchas veces se pregunta qué hacer con todo ese conocimiento, sobre todo si no logra insertarse en el mercado de la música porque “tiene que vivir y comer, te tienen que pagar para que seas músico, esa es la disyuntiva de lo que estudian música popular. Formás una banda, publicitás y tocás en peñas, pero te llega la adultez y tenés que mantenerte, ser una persona que produzca algo para ganarte la vida” explicó.
Otros sin embargo, con el conocimiento adquirido continúan sus carreras en Buenos Aires, Rosario u otras ciudades o países. Incluso hay egresados de la Escuela que siguieron la carrera musical en otras latitudes como el caso del barítono Germán Alcántara quien se desempaña en distintas óperas de Europa y Estados Unidos.
“Una se pone feliz, él hizo el Ciclo Básico con nosotros y después el profesorado, cuando se recibió, a la semana se iba a Europa me dijo ‘me llevo mi acordeón porque pienso ganarme la vida tocando en las esquinas’ y de a poco fue estudiando de manera particular y se fue metiendo en los teatros, fue un éxito total porque es un apasionado de la música. El que hace música con pasión, así sea enseñar, es un exitoso. En el Día de la Música, en nuestros discursos siempre decimos que ‘nosotros somos privilegiados porque trabajamos de lo que nos gusta’” expresó Barzola.
El oficio de enseñar
Otra de las carreras es el Profesorado de Música, que está orientado a la actividad docente en los distintos niveles de: inicial, primario y secundario, es así que se convierte en “una salida laboral segura, en el sentido que hay escuelas donde insertarse, tenemos egresados que se han ido con 25 o 30 horas a trabajar al interior de la provincia” aseguró.
Barzola, también se desempeña como docente en el Liceo Almirante Storni donde dicta clases de arte, pintura y música a niños y jóvenes provenientes de distintas localidades y provincias, que poseen distintos conocimientos en dichas áreas, entonces una de las ideas en el aprendizaje musical es “despertar el gusto por la música y que se alimenten de eso porque es cultura. Cuando ellos estén con sus colegas y digan ‘qué buena Orquesta de Cámara’ entonces eso te va a distinguir, porque vos tendrás otro conocimiento” comentó.
Nunca es tarde para aprender
La música despierta la más profunda sensibilidad de las personas sin importar su edad, ni condición social. Nunca es tarde para descubrir el maravilloso mundo de las melodías, es por ello que la Escuela abre sus puertas a todas las personas interesadas en aprender una de las artes más completas “no sólo tenemos niños, sino adultos que se dan cuenta que siempre han querido hacer esto, que sienten que tienen una deuda pendiente con la música. Nosotros hacemos la enseñanza y el aprendizaje sistemático, también aprendemos con los chicos jugando porque no se escribe música sino se experimenta con la música” describió.
Además la institución lleva adelante la lectoescritura y el aprendizaje musical, “si te doy una partitura tenés que saber analizar. La oferta es bastante amplia para adultos, hay mucha gente grande que quiere estudiar y nunca es tarde, lo que hay que tener es ganas. Por supuesto que al instrumento hay que practicarlo, es lo mismo que pasa en algún deporte: el que decide empezar a los 45 años a ser maratonista lo puede hacer, pero va a implicar una diferencia con el que comenzó a los 15 o 20 años. Después de grande el que quiera ser músico, le va a demandar un sacrificio, pero si te gusta y apasiona cuesta menos. El aprendizaje del instrumento es algo que conlleva un sacrificio y una dedicación cotidiana básicamente”.
Mejora la salud
Por otra parte existen varios avances en la investigación sobre la incidencia de la música en la creación de nuevas conexiones neuronales, por ejemplo el hecho de mirar en el pentagrama una figura, donde el cerebro tiene que decidir cuál es el movimiento que hay que hacer o buscar el punto exacto de las cuerdas vocales para sacar un sonido.
Incluso para muchos profesionales, la música es un buen método para prevenir el Alzheimer donde “aconsejan hacer actividades artísticas y desarrollar esas conexiones para encontrar nuevos caminos en el cerebro y la música ayuda mucho” definió la profesional, quien agregó que dentro de algunos años la Escuela de Música tendrá un nivel destacado de egresados, quienes realizan continuas intervenciones de enseñanza en distintas escuelas de la capital provincial.
“La característica que tiene el profesorado de música, es que se prepara al alumno en todos los niveles. Si estudiás en un profesorado, suele ser solamente para el nivel secundario, lo mismo pasa si querés enseñar en la primaria, tenés que seguir la carrera de magisterio o con el nivel inicial, en cambio el profesor de música se prepara para todos los niveles, es un desafío bastante grande, pero es muy satisfactorio. Los profesores que comienzan en el nivel inicial terminan enamorados por como los chicos te reciben, porque ellos aman todo lo que tiene que ver con el arte, enseñar música es demandante, pero muy satisfactorio”, definió.
Un espacio para jóvenes
También hay ofertas para niños de nueve años, jóvenes hasta 15 y adultos, quienes se acercan para incursionar en el mundo de la música, pueden asistir a los talleres vocacionales donde se enseña piano, guitarra, flauta dulce, traversa, percusión, violín, viola contrabajo, batería, bombo o integrar los grupos corales.
En el caso de los instrumentos, el espacio cuenta con algunos que se prestan a los alumnos en comodato, si muestran interés y avances en su aprendizaje: “Muchas veces les damos en comodato por un año y se entusiasman tanto que la familia hace el esfuerzo y les compran el instrumento, porque esta es una escuela pública, y adquirir un instrumento no es fácil” comentó.
Este ciclo básico está pensado para que los pequeños que ingresaron a la edad de 5 años puedan terminar a los 17 años. Allí los egresados adquieren una certificación de la FAPIC y pueden continuar en el nivel terciario con la Tecnicatura Superior en Sonorización y Musicalización de los Medios Electroacústicos o intérprete de Música Popular.
Otras de las carreras que tuvo un gran incremento en su matrícula fue la del Profesorado en Música que tiene una duración de cuatro años o bien están los cursos intensivos que duran dos años.
Los egresados saldrán con la formación para la enseñanza en el nivel: inicial, primario y secundario. Las inscripciones comienzan en marzo.
Tecnicaturas
La Escuela Superior de Música ofrece varias tecnicaturas entre las que se encuentran: Superior en Intérprete y en Sonorización y Musicalización con Medios Electroacústicos. Ambas se dictan por la mañana.
Valeria Romero: “La Escuela de Música es mi casa”

La pianista Valeria Romero inició sus estudios en la Escuela Superior de Música a la edad de 9 años. Luego en el 2012 se radicó en Buenos Aires, donde continuó su carrera musical con destacados profesores, quienes fueron descubriendo su talento. La joven también comenzó a enseñar música en diferentes escuelas mientras que paralelamente estudiaba piano.
Más adelante se dedicó al aprendizaje de armonía y composición, lo que la llevó comenzar a crear sus propios temas que los ejecutaba junto a su grupo de Orquesta de Cámara. En tanto sus profesores la animaban a que siga componiendo aunque “uno siempre quiere la opinión de otros que admira, me gusta juntarme con otros compositores e intercalar opiniones, de hecho, ahora estamos trabajando con el guitarrista y compositor Matías Albamonte con quien creamos ‘Compositores en Movimiento’” contó Valeria Romero al Diario.
En el 2017, la artista misionera ganó el primer premio en la categoría “Música de Cámara” con su obra “Claridad” en el primer concurso de Composición de Música Latinoamericana y en el 2018 lanzó su primer disco de composiciones propias “El Agua y la Noche”, donde participan reconocidos músicos que fue declarado de interés cultural para la ciudad de Buenos Aires.
Este disco de cuerdas, piano, flauta traversa y clarinete fue adaptado por su autora, para la orquesta de la Escuela Superior de Música: “Para mí es una manera de devolución y agradecimiento a todo lo que aprendí y que vuelva de alguna manera toda la base que me llevé, porque si no hubiese tenido la formación que tuve acá no hubiese podido estudiar en Buenos Aires con otros profesores, para mí la Escuela de Música es mi casa y me brindó el amor por la música, y esto es una forma de agradecimiento” finalizó.