La Biblioteca Popular de esta ciudad atraviesa nuevamente una situación preocupante, debido a la falta de pago que una cadena nacional de electrodomésticos mantiene y pone, de esta forma, en grave situación económica a la centenaria institución cultural. La cadena Ribeiro no les paga desde julio pasado.
Para conocer más de esta situación, “El aire de las Misiones” de la 89.3 FM Santa María de las Misiones se comunicó con Perla Dubovitzky, presidente de la Comisión Directiva de la Biblioteca Popular, quien explicó que durante el año reciben algún aporte de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, así como algún subsidio y alguna ayuda del Gobierno provincial. “Pero eso no financia totalmente nuestro trabajo que tiene cinco bibliotecarias y bibliotecarios, que trabajan ocho horas y que con ese grupo de gente hemos podido realmente hacer crecer mucho a la biblioteca”, comentó Dubovitzky.
“Nosotros nos subsidiamos con el alquiler del local que está al lado, que en este momento es utilizado por la empresa Ribeiro, ese local es de la biblioteca y con eso obtenemos los recursos para sostener nuestra institución. Para dar un dato, el único aporte que han hecho es la mitad del alquiler de julio, todo lo demás nos deben, y ni hablemos lo que hay que pagar como multa porque no se está cumpliendo con el contrato de alquiler“, explicó.
Dubovitzky explicó que han seguido los pasos legales, han enviado cartas documento y también han tratado de hablar con los responsables, pero estos les explicaron que no están bien económicamente y que “practicante están en una cesación de pago”.
“La respuesta es que también a los empleados les están pagando en cuotas, nos dijeron que ‘estamos practicante sin poder pagar, ahora que se puede reactivar la economía vamos a cumplir con ustedes’. Pero es realmente inconcebible esto de una empresa de tal capacidad, si bien conocemos que han bajado las ventas. Pero nos parece realmente injusto que no estén cumpliendo, estamos reclamamos que se cumpla con lo que es un convenio de alquiler, nada más“, indicó la directora.
De momento, la Biblioteca se sostiene económicamente como puede, y hasta se preguntan lo que puede llegar a ocurrir en unos meses de mantenerse esta situación. “Económicamente, si hacemos un balance, apenas tenemos un mes más para llegar a cubrir esto, y después continuar con el esfuerzo de sacrificar los ahorros que ha hecho la biblioteca, porque la administramos gota a gota. La comisión directiva está formada por un grupo de voluntarias, no nos paga nadie, sino que tenemos la vocación de defender esta situación y hemos trabajado cuidando cada peso, y tristemente nos quedamos antes de fin de año sin recursos”, se lamentó Dubovitzky.
“Después recibimos como ingreso la cuota societaria que es bajísima, estamos cobrando $600 pesos al año y $300 para estudiantes y jóvenes, que es casi una cuota simbólica porque un libro cuesta más de 600 pesos. Pero eso lo tenemos, como biblioteca popular, para tener el máximo de lectores, porque nuestra lucha es justamente tener lectores, promover la lectura y ofrecer actividades gratuitas a la comunidad. Tenemos un auditorio con capacidad para 120 personas y lo estamos prestando practicante todo el año, es decir, somos realmente un lugar que contienen el desarrollo cultural de la ciudad“.
Con esta situación, Dubovitzky reconoce que “no sabemos como vamos a terminar el año, ni sabemos como vamos a empezar enero de seguir esta situación“.
Es por esto que apelan a la solidaridad de la comunidad y de todos aquellos que puedan brindar una ayuda para sostener este lugar. “Nosotros hacemos un llamado para que realmente la población se acerque y nos brinde la ayuda, uno puede ir a la biblioteca y decir ‘quiero ser un socio benefactor’ y pone un peso, dos pesos o mil pesos, también tenemos la idea de sacar un bono de colaboración.”
“También prestamos una ayuda muy grande a las universidades, tenemos un convenio con la UNaM, y hay una enorme cantidad de estudiantes que vienen a estudiar acá, porque entre los 47 mil volúmenes que tenemos, hay muchos materiales actualizado de todos los campos de conocimiento. Al que tenga un poco para brindar, un aporte como benefactores, no necesitan ser nada más que un benefactor en una sociedad civil sin fines de lucro, y nosotros apelamos con este llamado a la solidaridad porque servimos de verdad a la comunidad. No estamos luchando por rentabilidad, estamos luchando por sostener la institución”.