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El abogado defensor de uno de los dos policías detenidos por el crimen de Reinaldo Andrade (37) recusó ayer al juez instructor de la causa, por lo que se postergó la indagatoria.
La presentación la interpuso el letrado Marcelo Boilini, quien asumió la defensa del oficial involucrado (el otro coimputado es un cabo).
El profesional dijo a PRIMERA EDICIÓN que “dicho planteo obedece a que el magistrado me impidió la comunicación con mi cliente, entendiendo que tras dictar la incomunicación del mismo erróneamente también le correspondía al abogado. Debido a que de ninguna manera se puede mantener a una persona recientemente imputada y detenida sin contacto con su defensor consideré que eso fue atentar contra las garantías constitucionales de mi defendido. El mismo Código Penal lo establece y lo dice en la Constitución Nacional”.
El planteo del letrado fue realizado apenas media hora antes de comenzar el trámite de indagatoria, por lo que el citado juez suspendió la medida.
Fuentes del caso indicaron que al parecer Casco habría hecho lugar y el Tribunal de Oberá deberá ser quien haga las veces de Cámara de Apelaciones para resolver la recusación, por cuestiones de jurisdicción. Mientras tanto, trascendió que las primeras pericias que realizó Gendarmería ya estarían añadidas al expediente.
Cronología
El pasado miércoles 13 (hace una semana exactamente), alrededor de las 18 el colono Reinaldo Andrade murió de un balazo en la cabeza.
Fue en una calle terrada de la Colonia Cristal de El Soberbio.
Según la versión policial, la víctima y otros dos hombres a bordo de un Gol Trend embistieron presuntamente en forma intencional a un auto particular donde viajaban dos efectivos de civil.
El vehículo donde circulaban un oficial y un cabo del Comando local, un Ford Focus, estaba persiguiendo supuestamente a unos contrabandistas que se movilizaban en un Volkswagen Voyage, que se perdió de vista y nunca fue ubicado.
El policía que apretó el gatillo habría referido que vio cuando le apuntaban desde el Gol con un arma y que por eso repelió la acción. Los peritos de Gendarmería (que intervino en el hecho por orden del juez Casco) incautaron un revólver calibre 38 y un pistolón cerca del auto de los civiles.
Andrade falleció en el hospital debido a la herida de arma de fuego en la cabeza, en tanto que sus dos acompañantes sufrieron lesiones leves por la supuesta colisión y su declaración será clave.
Las repercusiones tras conocerse el conmocionante caso fueron varias, entre ellas que Jefatura dispuso el cambio de la cúpula de la UR VIII, con asiento en San Vicente, de donde dependían los efectivos detenidos (que fueron puestos en disponibilidad). Por su parte, la familia del fallecido habló de “ejecución” y el abogado de los mismos de “gatillo fácil”.
Desde la Jefatura indicaron que ambos involucrados estaban autorizados a trabajar de civil.