
No tiene como ocultar la sonrisa Mauricio Lovera (18). El atleta posadeño logró un triunfo inédito en su carrera el último viernes por la noche, al consagrarse campeón sudamericano en juveniles y subcampeón en mayores, en lucha libre olímpica. Fue en Santiago de Chile, donde este domingo continuará con su periplo, nuevamente en las dos categorías, aunque ahora en la modalidad grecorromana.
“Fue todo un sacrificio, no esperaba salir primero. Llegué para pelear el bronce. Dejar la bandera en lo más alto es un orgullo”, confió ayer por la tarde a EL DEPORTIVO, en medio de un descanso del otro lado de los Andes, uno de los protagonistas del deporte misionero en la recta final del año.
Lovera se alzó con el título del Torneo Sudamericano en la categoría Juveniles hasta 61 kilogramos, tras cuatro encarnizadas peleas. “Le gané por puntos al luchador de Brasil, después al uruguayo lo planché. Y en la final enfrenté al cordobés Matías Panero, mi rival de toda la vida, al que derroté por 7-2”, contó Mauri, quien también se inscribió en Mayores y, en su debut en esa categoría, no le fue nada mal: en la final volvió a enfrentar a Panero, quien se tomó revancha.
“Fue mi primera vez en mayores. Me siento contento también por eso, porque es una competencia constante al más alto nivel. La verdad es que estoy contento pero muy cansado. Realmente me emocioné cuando gané en Juveniles, porque fue todo un sacrificio, me maté entrenando mucho y fue grande el esfuerzo, pero se pudo. Estoy muy feliz”, sintetizó el misionero.
Tras obtener esas dos primeras medallas -una de oro y otra de plata- en el Centro de Entrenamiento Olímpico de Santiago, Lovera regresó al hotel donde concentran los argentinos. Y allí se llevó una sorpresa. “Cuando abrí el teléfono me encontré con un montón de mensajes, llamadas perdidas, audios, todas felicitaciones. El celular no dejaba de vibrar. Eso me puso muy contento, porque tengo mucho apoyo”, se emocionó Mauricio.
El posadeño confiesa que, más allá de la ilusión, no esperaba consagrarse campeón. Su mayor éxito a ese nivel había sido el quinto puesto obtenido en el Sudamericano 2017. “No esperaba ser primero. Vine a pelear por el tercer puesto. Y menos ser segundo en Mayores. Recordé todo lo que me dijo Adrián Báez, más que entrenador, mi compañero y gran amigo, a quien aprecio mucho. Por eso me emociona poder haber dejado a la Argentina bien arriba. Dejar la bandera en lo más alto es un orgullo, te da un cosquilleo… Y siempre con mi tierra, con Misiones, en mi mente”, lanzó el luchador de la chacra 234 de Posadas.
Más allá de esos triunfos, lo de Lovera en Chile aún no termina. “Mañana (por este domingo) voy a luchar también en grecorromana, también en mayores y juveniles. Ojalá también pueda llegar lejos”, finalizó Mauricio, con una nueva ilusión en el camino, pero ya con la satisfacción de haber cumplido uno de sus sueños.