Isla de leyenda sin duda, con una historia de amor intensa que tiene como protagonistas a Ulises y Calipso; se dice que fue allí donde Ulises pasó siete largos años dominado por los encantos de la ninfa, en realidad se cree que la mítica isla de Ogigia es Mljet.
Allí, todo es posible. Paraíso natural que ofrece una frondosa vegetación mediterránea, acantilados, bellas playas de arena, lagos salados y gran fauna entre la que se encuentran numerosas aves.
Todo en tan sólo 37 kilómetros de longitud por tres kilómetros de ancho. En el ranking de las islas más grandes de Croacia, ocupa el octavo lugar y es ideal para evadirse y disfrutar de la naturaleza a menos de una hora en barco de la bulliciosa Dubrovnik. Uno de sus mayores atractivos es el Parque Nacional de Mljet situado en el extremo oeste de la isla.
El tipo de alojamiento que predomina son los apartamentos y las casas particulares y es necesario reservar antes de que comience la temporada alta.
Uno de los paseos estrella es el Monasterio de Santa María, situado en Unije sobre un islote en medio del lago Veliko Jezero. Este monasterio fue construido en el año 1151 por frailes benedictinos procedentes del Monte Gargano en Italia. Se trata de un monumento presente en numerosos episodios de la historia croata, además de un lugar que ha inspirado poemas y novelas. En la década de los 60 el monasterio funcionó durante un breve lapso de tiempo como hotel. Hoy sólo sigue en funcionamiento su pequeño bar-cafetería, que es una delicia para el visitante.
Las aguas del lago Veliko Jezero, al igual que las del lago Malo Jezero, son saladas por culpa de un desastre ecológico cometido por los propios monjes en la época medieval, que excavaron sendos canales hasta la costa para facilitar su acceso. A raíz de estas obras, el agua del Adriático inundó ambos lagos dejando a la isla sin sus dos grandes depósitos de agua dulce. En el estrecho de Soline se pueden alquilar pequeñas embarcaciones y canoas para navegar por los lagos.
Trekking, ciclismo, submarinismo para ver los corales rojos que pueblan el fondo marino o paseos en barco o canoa son algunas de las actividades que se pueden realizar.
Como puede ver una isla con mucho encanto, ideal para quienes huyen de las multitudes y la locura de la rutina diaria. ¡A disfrutar!
La Cueva de Ulises
“Ulises cave”, dice un letrero en la calle principal de la entrada de Polje, que con 200 habitantes es uno de los más grandes de la isla.
Un sendero pequeño lleva hacia la costa, después aparece otro letrero y poco después se ve la Cueva de Ulises a la cual se accede por el mar. No hay escaleras de bajada, se debe saltar al agua directamente desde las rocas, pero es un salto muy pequeño.
La entrada es pequeña y consiste en un túnel de techo bajo y de unos pocos metros de que conducen a una gran gruta. La mejor hora para atravesar el túnel es a mediodía, pues la luz del sol incide de lleno sobre el agua y esta se torna azul celeste.