
Mientras algunos vecinos preparan una movilización a la Municipalidad local por las numerosas retenciones de motovehículos y los altos costos de las multas por infracciones de tránsito, los operativos de seguridad mantienen un alto porcentaje de secuestros, lo que hace que las motos se apilen en el Corralón obereño.
“Estamos preocupados por la cantidad de motos que hay, pero la única forma de sacarlas de allí es que el titular pague la multa o que las deje allí, sean compactadas y se las lleve un camión de chatarra. No se venden partes, ni se las cede a nadie”, explicó al respecto el director de Inspección General y Tránsito de la Comuna, Guillermo Correa.
Respecto al valor de las multas que los propietarios deben pagar antes de retirar sus vehículos, el funcionario aclaró que están fijadas por ordenanza y están en manos de la Justicia de Faltas.
“El valor de la multa está establecido en unidades fijas de combustible, al valor de la nafta súper, por lo que cada vez que sube el precio del combustible, sube también el costo de la multa, pero eso está estipulado por la Ordenanza General Tarifaria, no lo generamos nosotros. El que decide bajar el monto y hasta otorgar trabajo comunitario a cambio es el juez de Faltas”, remarcó Correa.
Insistió también en que “la idea es prevenir accidentes y problemas para los propietarios o terceros, de allí las multas. Si (las motos) están en el Corralón es porque algo les faltaba”.
Al respecto coincidió Francisco Sa, titular del Juzgado de Faltas de Oberá, quien afirmó que todas las retenciones realizadas tienen una causa:
“Las causales son varias y están establecidas en la ley: alcoholemia, falta de documentación o de seguro… Así no puede circular la moto. Si la persona puede llevarla por sus propios medios, lo puede hacer. Salvo en caso de alcoholemia, la demora es inmediata, pero pueden venir, hacer su descargo, pagar la multa y retirar el vehículo, porque la demora no es paralela a la sanción”.
Además, “si la persona salió sin la documentación, se le da un plazo de espera y cuando la presenta, se libera el motovehículo y no debe abonar nada”.
Según Sa, “todos piden controles pero no les gusta ser controlados”. Y sobre el malestar que se genera, afirmó que es imposible conformar a todos, “pero si se hace conforme a la ley, no hay ningún inconveniente. Incomoda, pero los conductores deben tomar conciencia. Si cumplen todos los requisitos que estipula la ley, no tendrán problemas. Si colaboran con el inspector o el policía actuante, no incrementarán infracciones”.
“No podemos atender cada caso particular: lo que fija la Ley hay que cumplirlo. De todas maneras, muchas veces y todos los días se contempla la situación social” de los afectados, subrayó el juez de Faltas obereño.