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Los cuatro policías detenidos desde el jueves 5 de diciembre y vinculados al ataque a tiros que acabó con la vida de Luciano Villalba, amparados por el derecho de guardar silencio decidieron no responder en el acto de indagatoria ante el juez de Instrucción 4, Miguel Ángel Faría, quien los investiga bajo la calificación provisoria de “homicidio y abuso de autoridad en concurso real”, que en el caso de determinarse el autor material del disparo, podría ser condenado a prisión perpetua.
Hasta el momento, los relatos judicializados de los testigos sobre lo que sucedió en el barrio La Cantera de Apóstoles, descartarían que haya existido una pelea o un enfrentamiento por el robo de una motocicleta y que los cuatro uniformados entraron al barrio a detener a un hermano de Luciano Villalba a quien sus familiares, principalmente sus hermanos, intentaron defender o liberar de la intervención policial arrojando piedras.
Un oficial ayudante que presta servicio en la comisaría Primera de Apóstoles, es el más complicado hasta el momento. Los testigos que declararon durante el lunes y este martes coincidieron en apuntarlo como el autor del disparo calibre nueve milímetros que le atravesó los pulmones y desgarró el corazón a Villalba.
Y que tal balazo lo hizo entre los diez y quince metros de distancia y de manera directa. Se presume, tal como lo adelantó PRIMERA EDICIÓN, que no fueron disparos “al aire” o hacia arriba con intención intimidatoria, sino balazos al cuerpo.
Otros relatos señalaron, inclusive el de la madre de Luciano, que los tiros comenzaron cuando los hermanos intentaron rescatar a “Chueco” de la detención. Que cuando lo llevaban a la rastra, reaccionaron para liberarlo y que la respuesta fueron las balas.
Pero también hubo voces que indicaron que varios efectivos dispararon hacia el suelo, lo que el magistrado analizaría porque podría aliviar la situación procesal de tres de los cuatro imputados.
Lo que no se podría contradecir, por el momento, es que el disparo que recibió Luciano no fue fortuito de un rebote en el piso, sino directo al hombro derecho, el proyectil que le perforó el pulmón de ese costado, lesionó el corazón y salió por el pulmón izquierdo. Un balazo letal, que no dio tiempo a asistencia alguna, un golpe directo y fatal que tendió en el piso a la víctima.
Tres dependencias
Según las actuaciones de los investigadores de la Policía, participaron en el ataque un oficial subayudante y un sargento de la comisaria Primera, un cabo de la Tercera y un agente del Comando Radioeléctrico UR-VII.
Extraoficialmente se pudo saber que los uniformados habrían manifestado que todos gatillaron sus armas reglamentarias.
Entre los próximos pasos de la instrucción del expediente, se aguarda la participación de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic), para nuevas pericias oculares en el lugar del hecho.
Colaboración
Los vecinos del barrio La Cantera colaboraron con la investigación que lleva adelante la Justicia. Uno de ellos aportó un video grabado con su celular en el momento que ocurría la detención del “Chueco” y Luciano trataba de impedir que se lo llevaran.
Debido a la oscuridad en ese registro no se podría apreciar quién o quiénes, pero sí se percibirían sonidos similares a detonaciones de armas de fuego. Se aguarda el análisis también de este video a especialistas que puedan mejorar la calidad de imagen.
Según las actuaciones policiales, fueron tres móviles los que llegaron hasta el barrio La Cantera para detener a “Chueco” por la presunta sospecha de haber participado de un robo de motocicleta.
Dos camionetas y un automóvil fueron las patrullas que trasladaron a los efectivos. Las camionetas se habrían aproximado hasta el punto donde se desató la agresión con piedras y la respuesta con disparos, en una de ellas fue trasladado “Chueco”.
Encuadre legal
De acuerdo a la calificación provisoria a los cuatro policías se los investiga por el delito de “abuso se autoridad y homicidio en concurso real”. Según el encuadre con el Código Penal Argentino en su artículo 80, inciso 9 sostiene que “se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua al que matare (…) Abusando de su función o cargo, cuando fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario”.