En el marco de la bajante del río Paraná que preocupa desde hace meses a las provincias de la Mesopotamia Argentina, incluida Misiones, la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) advirtió en las últimas dos semanas el menor caudal circulante por la represa hidroeléctrica desde 1978, con promedios por debajo de los 10 mil metros cúbicos de agua por segundo y mínimos de 8.600.
A raíz de ello, se encendieron algunas alarmas en varios puntos de Misiones, en especial entre las cooperativas de agua potable que se nutren del vital líquido directamente del Paraná o a través de sus afluentes.
PRIMERA EDICIÓN dialogó al respecto con el presidente de la Federación Misionera de Cooperativas de Agua Potable (FEMICAP), Daniel Sena, quien aclaró que “estamos atentos y al tanto del tema de la bajante del río Paraná, sin embargo hasta el momento no tenemos mayores novedades de las cooperativas ya que el suministro es normal en esas localidades”.
Es que “varias tomas de agua, cuando se construyeron, se hicieron con las previsiones del caso ante este tipo de comportamientos del río”, rescató.
Sena recordó que “las ciudades que recepcionan el agua en forma directa del río Paraná son Posadas, Puerto Iguazú, Puerto Rico, Puerto Esperanza y Candelaria. En tanto, varios pueblos lindantes con el Paraná se nutren de sus afluentes que directa o indirectamente también se ven afectados ante este tipo de fenómenos”.
Suministro normal… por ahora
Este Diario también dialogó con referentes de las cooperativas que se nutren en forma directa desde el río Paraná, como el caso de la Cooperativa Aguas Puras Puerto Rico Limitada (CAPRIL).
El ingeniero Mauricio Rosenbach confirmó que “estamos al tanto de esta bajante del Paraná, pero por el momento no nos vemos afectados aún. Por suerte el río Paraná es bastante profundo en la zona de la toma flotante de nuestra cooperativa y eso ayuda y mucho. Además, es un sistema muy eficiente y seguro”.
A su turno, el presidente de la Cooperativa de Servicios de Candelaria Limitada (COSCAL), José Rudi Joner, coincidió en que “hasta el momento esta bajante no afecta para nada el normal suministro de agua en la ciudad. Estamos todavía a un metro de una marca critica para que recién pudiéramos llegar a tener inconvenientes”. En cualquier caso, “estamos alertas, pero esperamos no llegar a eso”, vaticinó.
Afluentes en la mira
En tanto, las cooperativas de agua potable que se alimentan de afluentes que desembocan en el Paraná también miran atentas esta bajante y sus consecuencias. Hugo Giménez, supervisor del sector Aguas de la Cooperativa de Electricidad de Eldorado Limitada (CEEL), explicó a PRIMERA EDICIÓN que “nuestra planta de agua se nutre del (arroyo) Piray Miní. Estamos preocupados por esta bajante, por lo que estamos trabajando en el máximo de nuestro potencial. Sucede que las lluvias no aparecen y el Paraná está muy bajo, pese a ello continuamos operando en forma normal”.
A su turno, José “Pepe” Ely, presidente de la Cooperativa de Agua de Capioví, resaltó que “nos nutrimos de arroyos que son afluentes del Paraná. Dependemos principalmente del régimen de lluvias y en menor medida del caudal del río Paraná. De igual manera, no desatendemos el tema, ya que en cualquier momento se puede agravar la situación”.
Asimismo, la jefa de Desagües Cloacales de la Cooperativa de Electricidad de Montecarlo Limitada (CEML), Gladys Adriana Wrublewski, contó que en ese municipio “no tenemos aún la toma de agua en el río Paraná, nosotros tomamos el agua cruda desde los arroyos Itacuruzú y Caraguatay”, que pese a la bajante del Paraná no vieron decrecer decisivamente su caudal hasta ahora.
“Aún no tuvimos problemas graves en el suministro de agua, pero estamos atentos a este fenómeno y a la llegada del verano y la falta de lluvias”, dijo.
Un fenómeno desconcertante
En referencia a la histórica bajante del río Paraná y sus posibles causas, Daniel Fernández Catá, titular de la Dirección General de Alerta Temprana, dependiente del Ministerio de Ecología de la Provincia, relató a PRIMERA EDICIÓN que “estamos siguiendo este proceso desde hace meses, pero la verdad es que todavía no alcanzo a tener en claro las causas. Está claro que la bajante se debe a la poca lluvia en su cuenca, sobre todo en las nacientes de este gran río de Sudamérica y en el Gran Pantanal del Mato Grosso, en Brasil, el cual también está íntimamente ligado a la gran cuenca del río Paraná, pero de allí debe haber otras causas”.
“Desde julio hay anomalías negativas de precipitación, es decir, llovió menos de lo estadísticamente predecible, pero a qué se debió esta bajante, todavía no lo tengo en claro”, admitió.
Mirando al cielo
El director general de Alerta Temprana, Daniel Fernández Catá, anticipó en lo que se refiere al pronóstico del tiempo para diciembre, enero y febrero en la región, y en congruencia con la bajante del río Paraná, que “se presentará con temperaturas superiores a las normales para dicho trimestre y por ello hay que tener mucho cuidado”.
Además, “en cuanto a las precipitaciones, las chances son de que estén dentro de lo normal para la época (entre 150 y 160 milímetros mensuales), aunque por ahora diciembre viene con déficit, por lo menos en la Zona Sur de Misiones”.