El deporte da vida. ¿Alguien puede ponerlo en duda? Para los incrédulos, está Gonzalo Acuña (32). Uno de los emblemas de la natación misionera de las últimas décadas volvió a competir en la máxima categoría nacional, la semana pasada y después de ocho años lejos del alto rendimiento. Fue el nadador más grande del Open Argentino absoluto, pero eso no le impidió alcanzar un quinto puesto.
“Siento que me saqué diez años de encima. La sensación de volver a competir fue espectacular, una mezcla de felicidad, ansiedad, algo de temor. Una mixtura rara que da como resultado una sensación fantástica, que es la que venimos a buscar en estos torneos”, confió a EL DEPORTIVO el nadador leyenda, apenas llegado de Buenos Aires, donde se llevó a cabo el certamen.
Gonzalo fue dueño durante seis años de los récords argentinos en 50 y 100 metros pecho, el primer misionero en la Selección Argentina y en un Mundial. Compartió equipo con José Meolans y entrenamiento con Kosube Kitajima, cuádruple campeón olímpico. Entre 2000 y 2011 vivió una época dorada, que lo marcó para siempre. Después sobrevino el retiro. Y este año, el regreso “para apoyar a los más chicos”.
“Me vinieron a saludar todos los entrenadores, fue algo hermoso. Con muchos de ellos fuimos compañeros de equipo y ahora están del otro lado del mostrador. Cuando me vieron, no podían creer que esté nadando de vuelta. Incluso me crucé con Fede Grabich, quien fue mi compañero en la Selección Argentina, número uno del mundo y quien bajó todos los récords de José Meolans. Fue el más contento de verme, porque así no fue el más viejo del torneo. Yo tuve ese honor”, contó con una sonrisa Gonzalo, quien ejerce como Contador Público.
La presencia de Acuña en el natatorio del Parque Roca fue todo un acontecimiento para sus excompañeros. Incluso después de que clasificara a la final en 50 metros pecho, donde terminó quinto y demostró que sigue vigente más allá del tiempo.
“Ese quinto puesto fue inesperado, de los cuatro que terminaron arriba, dos son uruguayos, así que no me esperaba quedar dentro de los tres mejores argentinos. No me arrepiento de nada, pese a que terminé con los músculos duros después de la final. No es lo mismo ahora que a los 20 años”, relató Gonzalo con su ya tradicional humor y la humildad que lo caracteriza. “Uno entrena todo el año para ese momento. Se siente una adrenalina que termina siendo adictiva”, sintetizó.
Más allá de lo competitivo, Gonzalo ya había adelantado meses atrás a este Diario que volvía, sobre todo, por los chicos. “Lo mejor que me llevo de todo esto fue haber compartido con los chicos del CAPRI. Por suerte, pude acompañarlos y darles algunos consejos”, explicó Acuña, quien no dejó de halagar a Seba Méndez Brandt (15), uno de los tres nadadores misioneros -la otra es Astrid Olmedo, que ganó dos medallas de bronce- que metieron finales. “Tiene un rendimiento excelente y tuvo un progreso espectacular, al punto que este año bajó tres veces sus marcas. Entrenamos juntos y ahora lo estamos preparando para el Nacional de su categoría, en marzo. En lo fisiológico, me hace acordar mucho a Lisandro Monzón, hidrodinámicamente es muy bueno y físicamente es pequeño, entonces eso hace que no produzca tanto ácido láctico y pueda rendir más sin cansarse”, aseguró Gonzalo, un especialista del tema.
De cara a la temporada que se viene, ante EL DEPORTIVO, Acuña ratificó que continuará en las piletas. “Aún tengo que planificar el 2020 para ver qué hacemos, porque tengo varios proyectos laborales y dependo de eso para acomodarme con los horarios. Obviamente que hoy no puedo dedicarme como antes y entrenar seis horas por día, pero voy a competir en algunos campeonatos nacionales. Ya no puedo dedicarme al 100 por ciento, pero está confirmado que voy a seguir en la pileta”, cerró, una vez más y como siempre, movido por la pasión del agua.
Un viaje positivo
El Campeonato Argentino Absoluto Open dejó buenas noticias para los misioneros. Es que Seba Méndez Brandt logró estar en dos finales, siendo aún cadete, mientras que Astrid Olmedo estuvo en tres finales y cosechó dos medallas de bronce. Además, el sábado, en la última jornada, Olmedo finalizó cuarta en los 100 metros espalda y estuvo a un paso de obtener otra presea.
Lisandro, otro histórico, presente
Atento al desempeño de los misioneros estuvo otro histórico de la natación provincial, Juan Lisandro Monzón, quien actualmente vive en La Plata pero viajó hasta Buenos Aires para estar con el equipo del CAPRI.
“Él continúa atento al desenvolvimiento de la natación misionera. Todavía lo cargamos por sus récords nacionales, que cumplieron diez años. Por lo que se ve, parece que van a seguir vigentes todavía”, dijo a EL DEPORTIVO el entrenador Gustavo Breitenbruch, en relación a los récords juveniles en 50 metros libres (23s09/100) y 100 metros libres (50s73/100).