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Esta vez fue de un corralón de materiales de construcción y ferretería de esta localidad donde “boqueteros” robaron alrededor de 2,9 millones de pesos, incluyendo billetes estadounidenses, euros y reales. Otro caso de inseguridad similar a los padecidos por comerciantes en varios puntos de la provincia en los últimos meses.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que los ladrones “fueron profesionales” rompieron los circuitos de seguridad y se llevaron el disco rígido de las cámaras de seguridad. Ingresaron por un boquete en el techo y trabajaron con las propias herramientas del lugar. Con este contexto, investigan si se trata de una banda con integrantes de otras provincias y que viene cometiendo atracos similares en distintos puntos de la tierra colorada.
El caso de San Vicente se suma a una seguidilla de robos con similares características que ocurrieron en Oberá, Posadas y Garupá durante este año. Esta vez fue el lunes por la madrugada en un corralón ubicado sobre avenida Libertador en la Zona Centro.
Pesquisas señalaron que los malvivientes, que aún no se determina cuántos eran, ingresaron por la parte trasera del negocio, precisamente después de agujerear el techo.
Una vez adentro, lo primero que atinaron a hacer fue desconectar el sistema de seguridad, incluso se llevaron el disco rígido con las filmaciones y rompieron las cámaras. De una oficina abrieron una caja fuerte que contenía una interesante suma de dinero según declaró el propietario en la Seccional Primera de aquella localidad.
Para el ilícito, utilizaron las herramientas que estaban a la venta en el comercio. Birlaron la puerta de la caja de seguridad y para salir no forzaron ninguna puerta, por lo que se presume lo hicieron por el mismo lugar por donde ingresaron.
De acuerdo a lo que manifestaron las víctimas, los delincuentes se alzaron con 2.849.700 pesos entre dólares, euros y reales además de la moneda argentina que era la de mayor denominación.
La policía maneja algunas hipótesis teniendo en cuenta que en lo que va de este 2019 se han cometido varios robos similares en otras ciudades de Misiones, como Oberá, Posadas e incluso en localidades más chicas como Garupá. Siempre con el boquete como principal elemento de ingreso al atraco.
En comunicación telefónica con este Diario, respecto al caso de San Vicente, Rodrigo Rosa, hijo del propietario del emprendimiento reconoció que entre la noche del sábado y la madrugada del domingo debió ir a la empresa ante el alerta de la alarma activada. “Llegué, miré las cámaras, controlé todo el lugar y no encontré nada”.
Poco más de 24 horas después, durante la mañana del lunes, volvió al local, abrió y se topó con el robo consumado.
“Había olor a humo de las máquinas utilizadas en la oficina donde estaba la caja fuerte. Estaban nuestras amoladoras tiradas en el piso, las que estaban a la venta. Nos robaron con nuestras propias herramientas”, agregó.
El joven dijo que además de llevarse la suma detallada más arriba, los delincuentes se apoderaron del disco rígido de las filmaciones pertenecientes al sistema de seguridad y que “no quedaron registros de quién fue”.
El comercio funciona hace diez años en avenida Libertador, a unas diez cuadras de la Unidad regional VIII de San Vicente pero hace treinta que la familia incursiona en el comercio local.
Se baraja la posibilidad de que sea la misma banda que actuó en otros ilícitos, y no se descarta que sean personas de otras provincias consideradas “profesionales” por no dejar nada librado al azar. Destacan en el modus operandi lo relatado por uno de los propietarios del comercio, que un día antes se accionó la alarma, “puede ser una prueba que hicieron, algún trabajo de inteligencia para ver cómo respondían ante la eventualidad”, dijo la fuente.
Los anteriores hechos denominados como golpes “boqueteros” ocurrieron en Posadas. En enero, asaltaron con esta modalidad un supermercado sobre avenida Jauretche. En junio, la víctima fue el dueño de una mueblería de Garupá. Entre ambos robos se alzaron con más de 200 mil pesos.
Hace poco menos de un mes, en Oberá robaron en un conocido supermercado una importante suma y también en la misma localidad pero en agosto una distribuidora fue el blanco perfecto. A mitad de año, siempre en Oberá, de una empresa de materiales de construcción, se habían robado 300 mil pesos.