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Una de las primeras acciones que está realizando la Comuna sanvicentina luego del traspaso de autoridades es revisar la situación en que se encuentran las distintas dependencias municipales.
Hace unos semanas, los directivos de la Secretaría de Acción Social llegaron hasta el Centro Integrador Comunitario (CIC) del barrio San Roque para tomar posesión y comenzar a diagramar el trabajo que pretenden realizar en ese lugar. Sin embargo, las nuevas autoridades se encontraron con la pésima situación edilicia.
El secretario de Gobierno y coordinador General, Miguel Ángel Lima, aclaró “encontramos el CIC en un Estado de abandono total. El edificio está en muy mal estado en forma generalizada, presenta filtraciones de agua en muchas partes, principalmente en la parte de consultorios, desprendimiento de baldosas y de cerámicas en los revestidos. Los profesionales del área de Obras Públicas están haciendo una evaluación general para ver qué se puede hacer”.
Lima aclaró en un medio local que “estaba todo sucio y encontramos una cantidad de alimañas en el lugar, lo que atentaba contra la salud de los vecinos que se iban a atender allí y de los propios empleados y profesionales que prestaban servicios en el lugar. Encontramos insectos de todo tipo, ratas, murciélagos y aves que anidan por todos lados”.
Por ello, “se suspendieron todas las actividades en el CIC por el estado de abandono en el que está, hay peligro de derrumbe. De ahora en más, están los profesionales de Obras Públicas haciendo un estudio con el fin de remodelar las instalaciones para que en el corto plazo se puedan restablecer los servicios a la población. La obra se llevará a cabo una vez que salgamos del rojo financiero en el que estamos sumergidos”, prometió.
La Secretaría de Planificación Ambiental y Ordenamiento Territorial de la Municipalidad fue la primera que realizó una inspección y emitió un informe de la infraestructura que tiene el CIC en el barrio San Roque: “La estructura resistente se encuentra comprometida, los daños consisten en grietas, fisuras de espesores considerables en muros portantes, donde mayormente se observan estas fisuras verticales (que se consideran de máximo peligro)”.
Luego le tocó el turno a los técnicos de la Dirección de Bromatología, que constataron que “el personal no cuenta con libreta sanitaria, se encuentra en cantidad materia fecal proveniente de murciélagos, olores nauseabundos; deficiencias edilicias como goteras, mesas revestidas semidestruidas, vidrios rotos, machimbres sueltos; estiércol de ratas; sistema de iluminación semidestruidas, faltantes de elementos en los baños y el depósito lleno de basura”, entre otras cosas que no permiten que el lugar sea apto para la atención al público, indicaron.