La idea nació en 2018 con la intención de dar un plato de comida a las familias más humildes durante la noche festiva de Año Nuevo. Tras el éxito de la primera experiencia, en esta oportunidad fueron muchas más las donaciones y los voluntarios, y el alcance de la medida también se potenció.
La jornada arrancó a las 5 de la mañana con el fuego para asar mil muslos de pollo. La Municipalidad facilitó la clausura de la calle México, donde vive Griselda, para que se armen allí las parrillas. Luego fueron llegando los voluntarios para ayudar a hacer todo lo necesario para que los objetivos se cumplieran.
“Fueron muchas las personas que colaboraron con comida, plata, pusieron su tiempo, sus autos para buscar las cosas de muchos lugares, otras personas ayudaron de forma anónima. Hicimos mil porciones y repartimos en el barrio Fátima, Municipal, Loteo Iprodha, Ex Basural, Puerto, San José, San Alberto, Aldea Mbya, y a personas que vinieron a buscar”, explicó a PRIMERA EDICIÓN Griselda Núñez, la organizadora de la movida.
A modo de balance, dijo que está muy agradecida con todos. “Muchas gracias a todas las personas que depositaron su confianza en mí, dieron su tiempo, pusieron sus vehículos, buscaron donaciones por todos lados. No tengo palabras para agradecer a todos los que ayudaron de alguna manera, me quedo con los abrazos, con las caritas agradecidas, me quedo con todo lo bueno que cura el alma, espero poder seguir haciendo estas cosas porque me hace muy feliz y deseo un 2020 más justo para todos, con comida, agua, luz, un techo para cada familia que no tiene”, finalizó.