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Es la quinta vez que sufren un hecho de inseguridad y esta última fue una de los peores. Si bien la víctima no sufrió lesiones ni llegaron a robarle nada, la apuntaron con un arma de fuego, desatándose una escena de pánico.
Los delincuentes intentaron escapar pero no se salieron con la suya. Uno de ellos fue reducido por los vecinos y el segundo terminó atrapado por la Policía en plena fuga. El episodio ocurrió en un almacén de Itaembé Miní el domingo a la noche.
La víctima fue una mujer de nombre Roxana, quien desde hace al menos unos seis años atiende junto a su hermana el negocio ubicado en inmediaciones de la avenida 170 y la calle 137, en pleno corazón del barrio Terrazas. PRIMERA EDICIÓN pudo dialogar con ella para conocer los pormenores del hecho por el cual otra vez los malhechores le hicieron una “visita” a su local.
Relató que habitualmente suele cerrar más temprano los domingos, pero ese día se quedó un rato más en el negocio. Aproximadamente a las 21.40 se dispuso a cargar la heladera como una de las últimas tareas antes de irse. Estaba de espaldas, por lo cual no vio el momento en el que se acercaron dos personas al local. Una de ellas tenía el casco a medio colocar sobre la cabeza, mientras que la otra lo tenía completamente puesto.
El primero llevaba una mochila. “Sin saludar, sacó una botella y me dijo dame una cerveza”, contó Roxana. Cuando se dio vuelta para poner el envase en el cajón, se dio cuenta de que el malviviente pasó del otro lado del mostrador y se puso a centímetros de ella, apuntándole con un arma. Reaccionó de forma instintiva y más que un grito exhaló un alarido que retumbó en toda la cuadra.
“No grites, me dijo, y yo volví a gritar más fuerte”, afirmó Roxana. Acto seguido comenzó a llamar a un vecino por su nombre varias veces diciéndole “me están asaltando”.
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Con todo el coraje encima, comenzó a avanzar hacia los malhechores mientras gritaba. En ese contexto el dúo retrocedió hasta salir del local. Se subieron a la motocicleta mientras que la dueña, ya afuera, agitaba los brazos y pedía ayuda.
Los dos jóvenes intentaron huir en contramano, pero su acto de maldad no estuvo acompañado por la fortuna de la gente de bien. La motocicleta no arrancó y, mientras el que manejaba intentaba encenderla, les cayeron encima los vecinos, los dueños de otros comercios y hasta los clientes de la zona, que acudieron a los llamados de la mujer.
Uno fue tumbado en el suelo mientras que el otro escapó desesperadamente para ponerse a salvo. El tumulto fue visto por unos adolescentes del barrio, quienes vieron la loca carrera del otro sospechoso y salieron tras él. En ese punto, los vecinos de las otras cuadras ya sabían lo que sucedía, dado que observaron cómo los chicos perseguían al malviviente. La cacería fue divisada por una patrulla que ya estaba advertida y acudía al lugar del ilícito. También se sumó a la persecución hasta que dieron alcance al sospechoso, un hombre de 38 años.
Luego, los efectivos de la comisaría Novena se dirigieron al lugar donde había ocurrido el intento de robo y se hicieron cargo del frustrado ladrón de 25 años que había sido reducido por los vecinos.
Los policías secuestraron la motocicleta utilizada y un revólver calibre 22 con balas en el tambor.
Los maleantes quedaron detenidos a disposición del juez en turno.
Por lo que pudo saberse posteriormente, se realizarán pericias sobre el arma para saber si estaba en condiciones de disparar. De ser así podría agravarse la situación de los acusados, que en principio tienen una causa por “robo calificado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa”.
Uno más
Roxana comentó que los robos que sufrieron fueron de menor a mayor. Los primeros fueron hurtos de mercaderías que estaban en exhibición en el frente del negocio. Luego les rompieron la puerta y se llevaron una balanza y una cortadora de fiambre. Al día siguiente quisieron volver a entrar, pero no pudieron porque había quedado gente de custodia en el local.
La cuarta vez fue su hermana la que sufrió un robo a mano armada. Era un día de lluvia en el que un ladrón hizo que ella y una cliente se encierren en el baño mientras con un cómplice se llevaban artículos.
A pesar de la serie de robos y asaltos que sufrieron desde que tienen el emprendimiento, Roxana dijo que no tienen pensado cerrarlo. Es el único ingreso económico que tienen. Armadas de coraje, seguirán al frente pero analizan nuevas formas de seguridad para que no les vuelva a pasar lo mismo.
Otro ataque
El domingo alrededor de las 23, dos motochorros le sustrajeron la cartera a una mujer de 56 años en inmediaciones de las avenidas López y Planes y Las Heras. Tras dar aviso al 911, los efectivos iniciaron un rastrillaje que dio sus frutos en pleno barrio Yacyretá. Al verse rodeados, los delincuentes intentaron escapar a bordo de una Yamaha FZ 150, pero fueron detenidos. En su poder tenían un pistolón y una mochila con dinero y objetos varios producto del ilícito.