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En los últimos días de 2019 y con la llegada del nuevo año comenzó la caravana de autos y familias rumbo a Brasil, sin importar la actual crisis económica, la disparidad del cambio del peso ante el real ni las subas de impuestos que se aplicaron en las operaciones con divisas.
En Misiones había hasta hace poco un punto por excelencia para cruzar vía terrestre rumbo a las playas del vecino país y ahorrar tiempo y distancia: el paso Bernardo de Irigoyen-Dionísio Cerqueira.
Sin embargo, desde la temporada 2018-2019 y de nuevo a partir de diciembre pasado, quedó habilitado unos kilómetros más abajo que el punto antes mencionado el Paso Rosales, un puente ubicado a unos 20 kilómetros de San Pedro que une con la ciudad brasileña de Paraíso, en el estado de Santa Catarina, y que absorbió parte de la habitual concurrencia en Irigoyen.
Irigoyen, el clásico
El intendente de Bernardo de Irigoyen, Guillermo Fernández, dialogó con el programa “El Verano de las Misiones” que se emite por la FM 89.3 y dijo que “pese a la marcada diferencia entre el real y el peso argentino, la gente igual va de vacaciones a las playas brasileñas. A lo mejor no en las cantidades de años anteriores, cuando el flujo era mucho mayor, y eso se debe a que el cambio no era tan alto. La diferencia entre el peso y el real no era tan elevada como lo es en la actualidad. Pese a ello, el primer fin de semana de 2020 se pudo constatar una gran cantidad de turistas en la ciudad, rumbo a las playas”.
“Hay muchos misioneros y turistas de la región que ya están acostumbrados a pasar por este lugar, pese que desde el año pasado también tienen Paso Rosales, un nuevo punto de conexión que descomprimió a Irigoyen. Pese a eso, la gente que viaja a Brasil desde hace varios años elige el punto que está en nuestra ciudad, ya que tiene dos vías de acceso a las playas: una que va por Santa Catarina (ruta 163) y la otra que va por Cascabel (ruta 353-280)”, explicó.
El alcalde aseguró que las filas no duran más de 15 minutos en cruzar y además de los turistas también están los vecinos de Irigoyen y Cerqueira, que van y vienen por temas comerciales, familiares o de simple esparcimiento”.
Paso Rosales gana adeptos
Por su parte, Darío Fernando Camacho, jefe a cargo de la Dirección Nacional de Migraciones en Paso Rosales, informó a PRIMERA EDICIÓN que “este primer fin de semana de 2020 aumentó en forma considerable el egreso de argentinos y paraguayos, igualando el porcentaje de la temporada pasada en los primeros días de enero de 2019”.
También contó que “hay muchos ingresos de brasileños que hacen turismo en la Argentina, en provincias como Corrientes, Salta, Córdoba y Buenos Aires, entre otras”.
Vale resaltar que el puente sobre el arroyo Pepirí Guazú, que une el Nordeste misionero con Brasil había sido habilitado a fines de diciembre de 2018, pero del lado brasileño levantaron dicho control en junio de 2019. Del lado argentino, Migraciones trabaja todo el año, pero si no se puede realizar el ingreso formal al país vecino, es ilegal el paso por dicho viaducto.
San Javier, poco y nada
En tanto, uno de los pasos fluviales que unen a la Argentina con Brasil desde Misiones a través del río Uruguay es el que está ubicado en San Javier, que posee servicio de balsa.
El tráfico desde el puerto de “La Dulce” a la vecina Porto Xavier, rumbo a las playas del Sur de Brasil, disminuyó y mucho con respecto a años anteriores.
El principal motivo es el tipo de cambio existente entre ambas naciones, lo que llevó a que el servicio fluvial internacional cueste 400 pesos por auto y 100 pesos por persona desde Argentina a Brasil. Al regresar el monto asciende a 40 reales, algo así como 840 pesos, por lo cual la gente, a causa de estas cifras, evita este paso, que por estos días está casi desértico.