Desde la medianoche de la víspera comenzaron las actividades para recordar a Antonio Plutarco Mamerto Gil Núñez, conocido popularmente como el “Gauchito” Gil, y que incluyeron serenatas, rezos y comidas tradicionales en diversos lugares de la región.
Es que el “Gauchito” es uno de los “Santos” paganos más populares, cuya imagen, a partir de las historias relatadas por sus seguidores sobre intercesiones “milagrosas” en casos extremos, fue creciendo a través de los años.
Se lo recuerda el 8 de enero porque, de acuerdo a los historiadores, fue en esa fecha del año 1878 que el “Gauchito” Gil fue abatido por la policía correntina y a partir de allí empezaron a conocerse sus “milagros”.
A la entrada de cada uno de los locales ondearon las banderas de color rojo, distintivo del “Gauchito”, cuya imagen en diferentes tamaños y materiales abundaban en los distintos rincones.
En la capital provincial, uno de los puntos principales de los festejos fue el barrio San Lucas, donde a la medianoche se concretó la serenata para dar la bienvenida al día del “Gauchito” y luego cerca del mediodía se sirvió una asado gratuito para todas aquellas personas que se acercaban a compartir una oración o simplemente a recordarlo.
Varios artistas locales se sumaron a la fiesta y brindaron todo su repertorio de música regional, amenizando la jornada que se extendió hasta entrada la noche.
“Todos los años vengo junto a mi familia y compartimos el almuerzo. El ‘Gauchito’ no nos abandona y siempre nos protege en los momentos más difíciles”, explicó uno de los presentes, Ramón Melgarejo a PRIMERA EDICIÓN.
La mayoría pasaba por el santuario -algunos con atuendos de gauchos-, se detenían ante la imagen del “Gauchito” durante un par de minutos para dialogar en silencio y luego se dirigían a las mesas, donde les servían el asado con ensaladas.
Los favores recibidos y las anécdotas en torno del “Gauchito” se escuchaban una y otra vez, incluso hombres adustos no podían ocultar su emoción al narrar sus vivencias.
Adolfo Gómez
“Hace cuatro años me cayó un caballo encima y me embromó cinco discos de la columna. Seis meses no caminé. Me encomendé al Gauchito, un señor me acomodó los huesos y hoy vengo a agradecerle al Gauchito”.
Timoteo Benítez
“Le pedí al Gauchito hace diez años que lo aleje a mi hijo de la joda, que lo encamine y hoy tiene su trabajo. En agradecimiento prometí vestirme todos los años de gaucho en honor a Gil y así lo hago”.