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De acuerdo al registro del Sindicato de Obreros de Estaciones de Servicio, Garajes, Playas y Lavaderos Automáticos (SOESGyPE) de Misiones, Liliana Andrea Urichc (41), es la mujer más antigua en este empleo. Casada y madre de dos pequeños, el 3 de enero cumplió veinte años desarrollando tareas en la estación de servicios ubicada sobre la ruta Nacional 14 y la calle Democracia, de la Capital del Trabajo.
Comenzó las actividades unos días después de dar la bienvenida al año 2000. Los primeros siete años tuvo a su cargo la atención del shop de la estación de servicio y luego pasó a ocupar un lugar como playera, donde se desempeña hasta la actualidad. “En el sitio del gremio figura que soy la mujer más antigua que trabaja en estaciones de servicios de Misiones”, alertó la protagonista.
Contó a Ko´ape que terminó sus estudios secundarios en la Escuela de Comercio N° 15 (nocturna) de San Vicente, cuando contaba con 21 años. “Eran los primeros días de diciembre de 1999 y me dijeron que un chico que trabajaba en la atención del shop, iba a abandonar el puesto, y si quería anotarme para solicitar el empleo. Vine inmediatamente y me anoté. Tenía expectativas que me tomen. Recién terminaba la secundaria y no tenía decidido qué iba a hacer o qué iba a seguir estudiando. Después de la celebración de la Navidad la señora, esposa del dueño de la gasolinera, que era la que se encargaba de estos temas, me citó para una entrevista.
Después de reunirnos, me dijo que empezaba el 3 de enero. Fue algo muy lindo y bueno para mi. En ese momento decidí que me iba a dedicar a trabajar, y no a estudiar. Ahora sigo acá después de 20 años”, narró la mujer.
Urichc es la mujer que más años hace que trabaja en una estación de servicios y lleva trece años como playera. “Los primeros siete años trabajé en el shop. Éramos dos y hacíamos 12 horas cada uno en cada turno. Después me propusieron pasar como playera y no dude en aceptar. Desde entonces estoy en la playa. Soy la tercera en antigüedad en esta estación de servicio. Me gusta el trabajo y tengo buenos compañeros de tareas, además los patrones son considerados con nosotros”.
Urichc es casada y es madre de dos niños: Bauti, de 10 años, y Nazareno, de 3. Su trabajo no fue un problema al momento de afrontar la maternidad. “No tuve ningún inconveniente y en los dos embarazos recibí todo el apoyo de mis compañeros y de mis patrones. Por razones de seguridad, cumplí tareas diferenciadas cuando estaba embarazada. Los chicos están acostumbrados a mi trabajo. Siempre me vieron trabajando acá. Mi esposo se desempeña en un comercio. Ahora está trabajando en la localidad de Dos de Mayo, así que conoce bien cómo es el sistema de trabajo”.
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Hincha millonaria
Es una apasionada del fútbol y siempre juega algún partido. Los compañeros de trabajo y los propios clientes la identifican por esa pasión y por ser hincha de River Plate. No le escapa a las cargadas y bromas por los partidos de fútbol en los que su equipo no se desempeña de la mejor manera. Pero siempre tuvo el reconocimiento por ser una muy buena futbolista. “Me encanta el fútbol. Siempre jugué y me dicen que soy buena. Le cargan a mi hermano y le dicen que me van a llamar a mi a jugar en su lugar. Soy hincha de River y eso también es motivo de bromas entre los compañeros de trabajo y algunos clientes que saben que me gusta el fútbol y que me gusta jugar. A veces pienso que si se hubiera hecho el profesionalismo en el fútbol femenino cuando era chica, me hubiera gustado ir a jugar, pero se dio recién ahora”, manifestó, quien en su momento cumplía el rol de goleadora, tanto en fútbol de salón como en el potrero.
Al ser un trabajo que tradicionalmente se identifica con los hombres, dice que nunca tuvo inconvenientes ni sufrió discriminación por parte de los clientes. “Nunca tuve problemas de ningún tipo con los clientes ni con los compañeros de trabajo por ser mujer. Al trabajar durante siete años en el shop me dio la oportunidad de observar y de conocer el trabajo. Los clientes de la estación de servicio me conocieron de antes y por ahí eso también me favoreció. La gente de San Vicente me conoce bien y hay muchos que vienen de otras ciudades cercanas y también saben quién soy. Acá me toco trabajar en todos los turnos, inclusive a la noche y en tiempo de invierno, pero nunca pasó nada fuera de lugar”, aclaró, orgullosa.
Como experiencia, Liliana Urichc contó una en especial porque siempre el viajero la hace recordar. “Un día le pregunté a un cliente de la localidad de San Pedro si quería que le revise el aceite del auto. Me respondió que recién me hicieron el cambio de aceite en mi pueblo y enseguida vine para acá. Como tenía abierto el capot de su vehículo se me dio por sacar el medidor de aceite, y a simple vista noté que estaba seco.
Lo puse de nuevo y lo volví a sacar. Le mostré al señor que estaba completamente sin aceite. Para que se cerciorara de lo que le decía, revisamos varias veces, hasta que me pidió que le cargara de nuevo. Entraron casi cuatro litros de aceite. Al parecer quienes le habían hecho el cambio, no lo pusieron. Cada vez que el señor viene a la estación de servicios, me agradece, y dice que si yo no lo revisaba iba a fundir el motor de su auto”, expresó.