Desde Misiones como muchas otras jurisdicciones fueron precisamente a verlo a Katopodis para que gire millones de pesos comprometidos para acciones que nunca llegaron en el mandato presidencial anterior. “Esto lo dice la auditoría de Vialidad, los informes del Ministerio de Obras Públicas y lo dicen los gobernadores e intendentes que pasan por mi oficina”, sostuvo el funcionario como respaldo a la cifra dada.
En otra entrevista periodística, le preguntaron al nuevo ministro de Obras Públicas si el fracasado plan de Participación Pública Privada (PPP) se iba a reactivar.
“Fue un fiasco y un fracaso. Era un negocio para los bancos, que sólo beneficiaba a cuatro vivos y al sector financiero (…) era más un negocio financiero que un proyecto de obra pública”, dijo Katopodis al descartar retomar el sistema de financiación.
En un país que lucha por tener mayor cantidad de empleos, no se puede entender cómo la Nación dejó entre 2017 y 2019 de inyectar recursos para obras en los distintos municipios para sostener las fuentes de trabajo que, a su vez, generan recursos económicos en las comunidades donde se realizan los trabajos. Y transforman los pueblos a su paso y el bienestar de los habitantes.
El nuevo Gobierno nacional pretende cerrar la cuestión de la deuda para definir qué presupuesto destinará a acciones de obras en las provincias.
De hecho, aún se trabaja en base al presupuesto aprobado por el Congreso para 2019. Si la Argentina pretende una reactivación de la economía, además de la producción y la industria, deberá pensar profundamente en cómo hacer para solventar mucha obra pública.