Más allá de sus íconos turísticos conocidos mundialmente, Misiones también atesora muchas propuestas que combinan la naturaleza mística y la historia.
Una de ellas, es la Capilla histórica del Puerto Bemberg, construida en la década del 30 por el reconocido arquitecto argentino Alejandro Bustillo. La capilla fue dedicada a la Virgen Itatí. Además de su construcción colonial y vitrales traídos de Francia, sorprende su orientación al río, generando una imagen digna de fotografiar.
Hasta la década del 60, la actividad en la capilla era permanente: según contó a PRIMERA EDICIÓN uno de sus cuidadores, los feligreses asistían y participaban en la misa dominical desde sus canoas.
Esto cambió cuando la totalidad de la población del puerto se trasladó a la actual zona urbana de Libertad. Sin embargo, actualmente siendo una capilla elegida para casamientos, celebraciones y bautismos en un ambiente de selva a orillas del río Paraná. La historia del lugar sigue viva.
Próxima a la capilla, también se encuentra la casa principal de la familia Bemberg, hoy convertida en una posada inmersa en la selva misionera.
Se trata de un lugar de encuentro obligado para visitantes, turistas y curiosos que quieran disfrutar de los misterios de la selva, sus ruidos y sus silencios.
En el lugar se pueden hacer paseos náuticos, con recorridos que permiten conocer selva adentro, las cascadas, arroyos y ríos de la zona. Estas actividades permiten conocer los alrededores del lugar, que limita con el Parque Nacional Iguazú, Parque Provincial Urugua-í y el Parque Provincial Península.
Además a 6 kilómetros de la Posada Puerto Bemberg se puede visitar la aldea mbya guaraní “Aguapoy”, una comunidad que habita la región desde antes que llegara el “hombre blanco”.
Para poder visitarla, deben respetarse determinados códigos de convivencia y respeto a la cultura guaraní, ingresando a la aldea en compañía de un guía de turismo del hotel.
Recorrer la historia
Al tratarse de una capilla, no ofrece más que recorrerla y aprender su historia. Sin embargo, la vista desde allí maravilla a cualquiera. Además, cuenta con espacios verdes para poder relajarse mientras se disfruta del sonido del agua del río. Misiones es más que saltos, es un crisol de cultura e historia que aún continuamos escribiendo. Amantes de la fotografía y admiradores de paisajes naturales, éste es su lugar.