
La Red Yaguareté comenzó a principios del 2000 aunque recién en 2006 se la consideró legalmente como fundación. “No hubo una intención directa de fundar la Red, pero se dio porque un grupo de personas teníamos ganas de hacer acciones concretas”, contó a PRIMERA EDICIÓN Nicolás Lodeiro Ocampo, co-fundador y actual director ejecutivo de la entidad.
Uno de los principales motivos que los unió fue la impunidad en la matanza de estos grandes felinos. “Era muy común enterarse de que los mataban, principalmente los que se dedicaban a la ganadería. No podíamos entender cómo, a pesar de que había leyes, la gente podía seguir matando yaguaretés. No había multas por hacer algo prohibido”, explicó.
También les preocupaba el desconocimiento que había en torno al gran felino. “No se sabía nada de la región de yungas ni de qué era el impenetrable chaqueño. Ni si quiera se sabía cuántos ejemplares había, aunque se sabía que eran muy pocos”, agregó.
Ocampo también habló de la cantidad de áreas protegidas que había y que, a pesar de tener esa condición, la gente continuaba cazando sin ser sancionados. “Parecía que todo eso llevaba inevitablemente a la extinción del yaguareté en la Argentina”, aseguró.
“La situación ha mejorado un montón”
Desde entonces hasta hoy, Ocampo aseguró que “la situación ha mejorado un montón. En cuanto al conocimiento, sabemos casi todo: dónde están, cuántos hay… Ya no hay tanta necesidad de investigación, sino de monitoreo”.
En este sentido, Misiones es uno de los lugares donde la población de yaguaretés está mostrando una verdadera mejoría. En nuestra provincia, “la cacería por suerte mermó, por una apuesta importante del Estado provincial y de varias ONG, y eso debe ser un ejemplo para las otras zonas como la chaqueña y la de Yungas”, dijo.
Nuevos desafíos
Es por ello que el gran desafío de ahora es “parar con las cacerías. En todas las provincias del Norte se caza mucho. Y hace falta la decisión política para desplegar fuerzas de control que sancionen a quienes lo hagan. Sigue estando pendiente la justicia para las infracciones comprobadas”.
Asimismo, otro de los grandes desafíos es mejorar la convivencia de las personas con los yaguaretés, principalmente por parte de los ganaderos. “Quedó demostrado en el Valle Cuña Pirú que es posible la convivencia entre ambos, de hecho empezaron a mejorar las poblaciones en esa zona”, ejemplificó.
Advirtió, no obstante, que “seguimos con mucha financiación para investigación y nos falta más para actividades de conservación que verdaderamente mejoren la calidad de vida de las especies”.
¿Moda o conciencia?
“Creo que hay un incremento real de la conciencia. Muchas más personas se dan cuenta de que es necesario comenzar a hacer cosas. En Misiones, por ejemplo, hay una gran cantidad de gente que compra espacios de tierra, chicos o grandes sólo para conservarlos”, explicó Ocampo.
Sin embargo, también alertó contra las fake news y contra las empresas que profesan el cuidado medioambiental cuando en realidad sólo buscan un fin monetario. “Creo que hay que ser cuidadosos porque hay muchos grupos que son agencias de marketing y cuentan acciones salvadoras, pero en realidad sus relatos son falsos o poco relevantes”, dijo y añadió que “eso sí es moda”.
Para el fundador de la Red, “hoy en día asistimos a la extinción de muchas especies, pero también salvamos a otras”. Acá y ahora, este es el momento para decidir si conservamos o no las especies.