Hace cinco años, un hombre de 44 se declaraba culpable de abusar sexualmente de su hijastra en una vivienda ubicada en el Kilómetro 6 de Eldorado, por lo que acordó con el Tribunal Penal 1 de esa ciudad una condena de diez años y seis meses de prisión.
La denuncia se remonta al 19 de agosto de 2018, cuando una mujer de 35 años, madre de dos hijos fruto de relaciones anteriores y de una niña de 5 años, en común con su entonces concubino, se presentó en la Comisaría de la Mujer a denunciar que su hija de 14 había sido abusada por el padrastro.
Relató que esa tarde se encontraba en la casa de su madre cuando atendió un llamado telefónico. Era su hija, quien le dijo que su padrastro había llegado bajo los efectos del alcohol y la había insultado. La progenitora se dirigió a la vivienda y le recriminó a su hija que tal vez eso ocurrió porque ella era muy desordenada.
Cuando llegó al hogar, el sospechoso no estaba, había salido con su hijastro (12). La menor se retiró ofuscada a la casa de su tía. Minutos después la hermana de la denunciante llegó a la casa y le pidió las ropas de la adolescente. Dio a entender que su sobrina ya no debía estar más en esa vivienda. En ese momento regresó el padrastro y la menor, gritándole, le dijo: “Desde que soy chiquita me violás, desde que tengo 6 hasta séptimo grado (12)”.
“Te lo conté todo en una carta”, le manifestó a la madre. Ella reconoció que había guardado el escrito en una mochila y nunca llegó a leerla. El apuntado negó todo y se reía de la situación.
La madre tomó a su hija y se dirigió a la casa de su hermana. En el camino la niña contó que su padrastro había comenzado con manoseos y cuando ella cumplió 12 comenzó a abordarla carnalmente y la obligaba a tomar la “pastilla del día después”, para que no quedara embarazada.
Los abusos ocurrían durante las horas de trabajo de la mujer, quien se ausentaba de la casa entre las 15 y la medianoche. El hombre dormía en un colchón en el piso y allí abusaba de la hijastra, al menos, tres veces por semana.
Finalmente la madre amplió en su denuncia que cuando su hija tuvo 12 años se le había “retobado” al padrastro, pero no sospechó el porqué y menos aún avizoró un conflicto cuando su pareja le regaló un celular a la menor. Luego comprendió que era para forzar a la niña a callar su calvario.