No se pudo hacer nada: tras cinco días de agonía y todos los esfuerzos médicos, el 5 de marzo de 2020 fallecía en Posadas un bebé de 10 meses que se había atragantado con un ligustro el primer día de ese mes.
El estado de salud del pequeño, de nombre Mateo, mantuvo en vilo a la población, tras conocerse su caso porque la madre del bebé había hecho un llamado desesperado a través de sus redes sociales para que “recen por él”.
Mateo fue llevado con desesperación al Hospital de Pediatría “Fernando Barreyro” el domingo 1 de marzo por un episodio de “asfixia con obstrucción completa y por aspiración de cuerpo extraño” lo que le ocasionó un “evento asfíctico grave”, según el parte médico.
Según el relato de sus propios padres, momentos antes de la tragedia el bebé jugaba con su hermano mayor en su casa del barrio Santa Lucía. En un descuido, Mateo metió en la boca la fruta del ligustrín, con tanta desgracia que no entró por la garganta, sino que se fue directamente a las vías respiratorias.
Tras los intentos en vano de su familia para reanimarlo cuando dejó de respirar, lo llevaron con urgencia al CAPS de Itaembé Miní, donde le practicaron maniobras de RCP hasta que llegó la ambulancia para trasladarlo al Hospital de Pediatría.
A su ingreso, primero en Emergencias y luego en Terapia Intensiva, Mateo recibió tareas de asistencia donde se continuaron con RCP avanzada. Aunque al tercer día se le realizó la extracción parcial del fruto por vía endoscópica, ya no había nada que hacer. Dos días después, a las 16:35 del jueves 5 de marzo, se confirmaba la muerte encefálica del pequeño y dos horas más tarde, su deceso.