
Directivos del Club de Abuelos Santa Lucía, en la chacra 234 de esta ciudad, advirtieron que están al borde del desalojo del salón comunitario en el que desarrollan sus actividades, y cuestionaron a la cooperativa de agua del lugar, que es la encargada de dicho predio y que pretende cobrarles un monto que ellos consideran desproporcionado e imposible de afrontar.
A la institución concurren 56 abuelos a comer de lunes a viernes, y allí se entregan 417 bolsones todos los meses a jubilados, pensionados y discapacitados del PAMI, además de un grupo de profesionales (enfermera, podóloga, masajista, psicóloga, peluquera, maestra de pintura sobre tela, entre otros) que acuden para la contención de los abuelos.
“Todo eso va a quedar en la calle”, alertó Catalino Bordón, vicepresidente de la comisión directiva del club que asumió hace dos años y medio, quien explicó a PRIMERA EDICIÓN que “el lugar se construyó en un espacio verde que pertenece a la Municipalidad en la intersección de las calles Japón y 103, compartido con la chacra 235 porque ese barrio no tiene plaza propia”.
Compartido
Allí hay una perforación y un tanque de agua a cargo de la cooperativa encargada de proveer del vital líquido a la zona y que también en su momento quedó como responsable de mantener en condiciones el nuevo salón y organizar los horarios de las actividades y los bailes que allí se realizaban, a cambio de una pequeña ayuda económica para pagar la luz, el agua y la limpieza.
“Pero se adueñaron del lugar, que pertenece a la Municipalidad, tal y como consta en Catastro, y a nosotros nos cobra un alquiler mensual. ¿Cuál es el motivo de que un tercero pueda alquilar una propiedad pública que además fue construida con la colaboración de todos los vecinos, quién les dio ese poder?”, protestó Bordón, quien ya recurrió a distintas instancias -incluida la mediación- sin éxito hasta el momento.
Firma de contrato
Es que “ellos nos reclaman la firma de un contrato nuevo por 15 mil pesos al mes y el 50% del costo de la luz, pero son boletas de 70-80 mil pesos, porque se usa para las bombas de agua que funcionan las 24 horas. Nosotros no podemos pagar eso, entonces hoy (por el jueves) fui a abonar el alquiler y me dijeron que no nos van a aceptar más ese dinero, sino que tenemos que firmar el nuevo contrato y pagar toda la deuda que ellos consideran del 1 de diciembre en adelante. Si no, nos amenazan con el desalojo”, expresó.
Afligidos
Bordón aclaró que “tenemos un SUM (salón de usos múltiples) construido por la Municipalidad el año pasado, en la otra esquina del espacio verde, pero es muy chiquito, como una casa de familia, no entra todo y la cocina no nos sirve, entonces no podemos trasladarnos allá”.