“Hay que volver a tener contacto con la tierra, alimentarse de la propia huerta”, dice Agustín Ortiz del emprendimiento Ka’a Porã Orgánicos que tiene su chacra en Apóstoles, pero que hace unos años se dedica a asesorar sobre huertas de todo tipo, incluso las urbanas, a los misioneros que deseen aprender.
“La costumbre de tener la propia huerta y alimentarse de lo que uno produce viene de nuestros abuelos, de nuestros antepasados, todos tenían sus huertas, y eso se fue perdiendo con el tiempo, con el avance de la modernización y los tiempos acelerados la gente no tiene el espacio ni el tiempo para hacerlo, pero hoy por hoy con la abundancia de información que hay, tener contacto con la tierra, alimentarse de la propia huerta, con productos orgánicos y también los beneficios ambientales que esto trae es posible”, explica.
Es que producir algunos de los alimentos que consumimos a diario se puede percibir como un doble beneficio, estaremos ingiriendo comida orgánica, sin pesticidas, y además se retoma ese contacto con la tierra que es tan importante para valorar lo que se tiene.
Con respecto a los productos que consumimos a diario, Ortiz indicó que “el modelo de producción convencional de alimento conlleva una serie de insumos que están dentro del paquete tecnológico que incluye biocidas, insecticidas, fungicidas, lo que se veneno para matar las plagas, además de fertilizantes, químicos de síntesis y semillas modificadas genéticamente, todo este paquete tecnológico conlleva que el manejo de esa producción sea un manejo intensivo y sea nocivo para la vida del suelo, del productor y finalmente para el consumidor, porque quedan residuos en los alimentos, aunque muy escasos pero cuando juntamos todo en nuestra mesa es un montón”, indicó.
Por eso, desde Ka’a Porã Orgánicos ayudan a los que quieran aprender a tratar el suelo, hacer abono y tener la producción de su propio alimento.
Solo necesitan sol
Ortiz contó que lo principal a tener en cuenta al momento de pensar una huerta es la luz solar.
“El factor principal para producir es la disponibilidad de luz solar, después se realiza un diseño de aprovechamiento de luz solar, huertas verticales, en cajones, en neumáticos, hay muchas alternativas para adaptar la huerta al lugar donde llega la luz del sol. Tenemos unas personas que van a implementar una huerta vertical y en la vereda, siempre que dé el sol se puede producir alimentos, después son adaptaciones”, dijo.
Lo que se puede producir es variado y depende el espacio, Ortiz agregó que “ahora en otoño-invierno se siembra perejil, lechuga, acelga, también si tiene más espacio de tierra zanahoria, rabanito, remolacha, repollo”.