Las personas que trabajan en los servicios exceptuados en la cuarentena obligatoria (personal de salud, farmacéuticos, periodistas, fuerza de seguridad, etc) y todos aquellos que necesiten salir para comprar alimentos o requieran atención médica deben extremar los cuidados para evitar contagiarse al salir y llevar el virus a su hogar al regresar.
A todos ellos se recomienda sacarse los zapatos antes de ingresar a sus casas (dejarlos afuera o guardarlos en una bolsa) y luego -sin tocar nada ni a nadie- ir al baño, sacarse la ropa y bañarse a conciencia. Mantener la ropa separada de otras prendas y lavarlas inmediatamente.
Para evitar la propagación de gérmenes y virus como el COVID-19, es clave una correcta limpieza y desinfección de la ropa.
“Los agentes patógenos se pueden propagar a través de la ropa, convirtiéndose en un problema cuando alguien en tu hogar está enfermo.
Cuando se trata de mohos que causan infecciones cutáneas o respiratorias, u organismos que causan resfriados o gripe, “la mayoría de ellos sobreviven al ciclo de lavado y es por eso por lo que es importante utilizar ciclos de lavado y secado especiales como los que se realizan en las lavanderías, que a través de la temperatura y la intensidad de los ciclos garantizan fiabilidad del proceso”, afirmó Eloi Gómez, CEO de Mr Jeff, una compañía mundial de lavandería a domicilio, “Mr Jeff”.
Claves
1- Usar programas largos y agua caliente
Tal y como afirma el médico interno referente y especialista en inmunología del Clínico de Medicina e Inmunología de Barcelona, Jaume Alijotas Reig, “pese a que actualmente no hay información contrastada ni evidencias científicas sobre si los virus permanecen más tiempo en la ropa que en cualquier otra superficie es importante tener en cuenta que pueden llegar a permanecer entre 2 y 3 días, como en cualquier otro sitio”.
Los virus, como el del COVID-19, “toleran mal las temperaturas altas y son fácilmente eliminables con lejía y otros productos de limpieza. Por eso, es recomendable utilizar programas largos y de agua caliente en los lavados y lavar aparte la ropa de las personas portadoras del virus o que estén bajo ingreso hospitalario”.
2- Poner poca ropa por carga
Los que lavan su ropa en sus casas deben tener cuenta otros consejos básicos: Utilizar mucha agua en cada lavado, a ser posible más de la habitual, y evitar los lavados con cargas muy grandes ya que es importante que la ropa tenga espacio para agitarse correctamente.
3- Usar más jabón del habitual
Utilizar más detergente del habitual en cada lavado, usando líquido granular o de alta resistencia ya que retiene mejor la suciedad en suspensión y por tanto elimina mejor cualquier resto.
En el caso de que la ropa esté contaminada con aguas residuales, productos químicos u otros materiales tóxicos, utilizar un producto especial desinfectante en el lavado, como la lejía (con una taza en el ciclo de lavado es suficiente).
4- Planchar la ropa
Si se tiene secadora, el secado a alta temperatura también ayudará a desinfectar la ropa, siempre y cuando esté limpia después del lavado. Otra opción, si no se tiene este electrodoméstico, es presionar con una plancha caliente, siendo especialmente útil para algunas prendas de algodón y ropa de cama.
Recomiendan también tender la ropa a la luz solar pues la calienta y, además, la expone a rayos ultravioletas naturales, lo que puede ayudar a inactivar el virus.
5- Cambio frecuente de ropa de cama
Es importante, además, aumentar las frecuencias del lavado de manteles, sábanas y toallas. Estas últimas, al igual que los platos, cubiertos y vasos, no deben compartirse.
Una recomendación, sobre todo para quienes se encargan de lavar la ropa que ha estado en contacto con personas enfermas, es meterla en la lavadora sin moverla mucho para evitar así que se formen aerosoles (partículas en suspensión en el aire). Y lavarla en un ciclo de al menos 50 grados, con jabón.