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Melissa Vogel (41) es obereña y en julio próximo se cumplirán cuatro años de su llegada a Bangkok (Tailandia). Lejos de familiares y amigos, y cerca de donde aparentemente se inició la pandemia de coronavirus que hoy tiene en vilo al mundo, compartió vivencias y reconoció el accionar de las autoridades argentinas.
Ella es profesora de Educación Física y en el país asiático se dedica a su profesión. Junto a su esposo y su hijo “estamos en cuarentena casi al mismo tiempo con Argentina, si bien en diciembre ya sabíamos lo que estaba ocurriendo; nosotros estamos a dos horas en avión de donde empezó todo, así que desde ahí nos veníamos cuidando”.
“Aquí hay mucha contaminación ambiental, así que lo que nos hacían usar desde el inicio fueron las máscaras o barbijos. Eso hizo que no tuviéramos tantos contagios, fue una buena protección”, expresó.
“El Gobierno de Tailandia declaró ahora la cuarentena obligatoria, por tiempo indeterminado, cerrando las fronteras, muy parecido a lo que está pasando en la Argentina. Los vuelos están cancelados. El tránsito interprovincial también. Terminaron las clases, así que coincide con el inicio de la cuarentena total”, señaló la obereña.
No obstante, los cuidados y recomendaciones se iniciaron en diciembre pasado. “Acá todo el año hace calor y esta es la época del calor más intenso. Ahora está todo cerrado. Sólo abren los comercios básicos, no hay muchas restricciones en el horario de supermercados, pero sí estamos con restricciones para salir. Para entrar en los edificios hay piletas para lavarse las manos, por ejemplo. Hay alcohol en gel en cada lugar. Nosotros teníamos que estar peor, pero evidentemente las medidas fueron buenas, además porque la gente las respetó, por eso espero que ahí lo hagan”, insistió.
Por otro lado, Vogel destacó las acciones de las autoridades argentinas: “Las medidas que están tomando el Gobierno argentino, la Provincia de Misiones y la ciudad son muy buenas. Enorgullece ver las fotos de Oberá vacías. Es lo que hay que hacer: prevenir, es lo único que funciona. Nosotros hace cuatro meses que estamos con el tema y los cuidados fueron importantes para que no sea peor la realidad”.
Melissa trata de viajar una vez al año a su ciudad natal, cada julio, y espera poder hacerlo también este año. “Con esta situación siento mucho más la separación. Lo vivo con mucha tristeza, estoy pendiente de mi ciudad, quisiera que los obereños lo puedan llevar de la mejor manera posible. Vivo de manera realista y pensando en mi querida Oberá. Quiero pedirles que se queden en casa, parecen medidas descabelladas, pero es lo único que funciona”, subrayó.