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Los ribereños del río Uruguay recuerdan que “a fines de los años ‘70 hubo una bajante similar”, cuando se podía unir ambas márgenes caminando y la navegabilidad era casi imposible debido a la cantidad de piedras que afloraban y se convertían en verdaderas trampas para los botes.
Otros afirman que fue en 2012 cuando también se sintió la ausencia prolongada de lluvias, mostrando un panorama similar al actual, donde los peces se amontonan en el cauce para sobrevivir y en las colonias las napas están prácticamente vacías.
El Soberbio es uno de los puertos referenciales para los productores misioneros que aguas abajo observan atentamente el comportamiento del río, como para ir tomando las previsiones de riego. Pero el panorama es muy complejo, al menos por ahora.
El intendente de la Capital de la Esencia, Roque Soboczinski, consultado por PRIMERA EDICIÓN, explicó que “el río tiene un caudal que pocas veces se pudo ver. Tenemos pobladores que nos relatan que en 1979 pasó algo muy similar y en 1982 otro tanto, con una sequía de este calibre. La situación es muy preocupante porque tenemos contacto con otras ciudades más arriba, como por ejemplo Itapiranga y otros cercanos a Chapecó (ambas en Santa Catarina, Brasil), donde el río está muy estrecho en su canal. Nosotros estamos aguas abajo y si empeora allá, eso se reflejará acá”.
El río Uruguay nace de la unión de sus pares Pelotas y Canoas, en la divisoria de los estados de Santa Catarina y Rio Grande do Sul, cerca del Parque Estadual de Espigao Alto, a unos 400 kilómetros de El Soberbio. Desde allí se extiende hasta su desembocadura en el Río de La Plata.
Lluvias insuficientes
“Hubo lluvias en los dos últimos días, pero fueron chaparrones que no alcanzaron para modificar las mediciones. Es decir, que todo sigue igual. En realidad necesitaríamos lluvias superiores a los 100 milímetros para poder empezar a revertir estas condiciones que tiene el río actualmente”, advirtió Soboczinski.
En cuanto al abastecimiento de agua potable, mediante el servicio de red que brinda la Comuna a la población de El Soberbio, el alcalde aseguró que se mantiene “de forma normal porque la toma de agua la tenemos ubicada en una zona frente al puerto, donde se forma una especie de pozo profundo, que es parte del canal por el cual navegan las embarcaciones y es muy difícil que llegue a secarse. Con las condiciones actuales, todavía tiene un margen de dos metros aproximadamente para seguir funcionando antes de llegar a quedar sin posibilidad de bombear”.
En las colonias de El Soberbio el panorama es diferente, porque se nutren principalmente de las perforaciones y “todos los días tenemos una demanda importante para que llevemos las maquinarias con el objetivo de hacer limpieza de pequeños reservorios de bebederos para animales equinos y vacunos. Hay pozos naturales que se están secando y también las perforaciones. Son muchos problemas que está generando esta sequía”, remarcó.
Controles estrictos
Por otro lado, el intendente soberbiano encabezó ayer una reunión del comité de emergencia local por el coronavirus, donde hubo un pedido de los comerciantes que quieren volver a abrir sus puertas.
“Nosotros haremos cumplir lo que dice el DNU (de aislamiento obligatorio) porque es una disposición nacional y vamos a endurecer los controles, siempre preocupados porque somos una frontera con 100 kilómetros de agua, difícil de controlar porque hay distintos puertos en distintas colonias que sabemos que la gente usa y que estamos controlando con Prefectura y Policía para que eso no ocurra”, dijo.
Soboczinski remarcó que “Brasil es hoy un foco de infección importante y acá se está trabajando bien, hay mucha concientización, no podemos aflojar los controles. Ocurre que hay gente que empieza a desesperarse porque tiene que pagar las cuentas, alquileres y puede llegar a buscar algunas alternativas del otro lado para generar algún tipo de ingreso”, lamentó.
Iguazú y Paraná en descenso
Tal como viene ocurriendo en las últimas semanas, la sequía continúa afectando las cuencas de los ríos Iguazú y Paraná. De acuerdo a los reportes de la Prefectura Naval Argentina (PNA), el río Iguazú mostró en la víspera 6,4 metros en el hidrómetro de la Ciudad de las Cataratas, es decir, 60 centímetros menos en sólo doce horas, cuando hace exactamente un año tenía el doble de caudal.
Las Cataratas del Iguazú, que se mantienen cerradas al público por la cuarentena nacional debido a la pandemia del coronavirus, lucen con solamente un “hilo” de agua y ayer a las 16 registraba otro récord histórico de apenas 282 metros cúbicos por segundo, cuando lo habitual oscila entre 1.300 y 1.500.
La situación dejó a buena parte de la población local sin suministro de agua potable, lo que obligó a la Comuna a iniciar el lunes la distribución a través de cuatro camiones que recorren los barrios más comprometidos, como Santa Rosa, Santa Rita, Villa Alta o Primavera.
Entretanto, la bajante del Paraná en Misiones todavía no generó mayores problemas de abastecimiento, pero Ituzaingó (Corrientes), aguas abajo de la represa hidroeléctrica Yacyretá, tenía ayer 35 centímetros de altura, muy por debajo sus valores normales en esta época del año, cuando suele promediar un metro y medio.