La localidad bonaerense de El Talar, en el partido de Tigre, se convirtió este viernes en escenario de un trágico suceso. Allí, un chico, de trece años, murió tras haberse disparado, accidentalmente, un balazo en la cabeza mientras, para divertirse durante el aislamiento que se implementó por para frenar el avance del COVID-19, le enviaba diversos videos a su novia por un teléfono celular.
En cuyas diversas imágenes le mostraba un revólver que era propiedad de su padre, un revólver 22 largo. Al respecto, los voceros de los tribunales de San Isidro revelaron al diario Crónica que el hecho se produjo en una finca situada en el denominado Barrio La Paloma, en el citado distrito, en el norte del conurbano provincial.
De acuerdo a lo manifestado por los informantes, el adolescente, con utilización de un aparato de telefonía celular y colocado frente a un espejo en una de las habitaciones de la vivienda, le enviaba videos a su novia en los que le mostraba el arma de fuego.
Pero en estas circunstancias el revólver se accionó de manera totalmente accidental, oportunidad en la que un certero proyectil impactó en la región craneana de la infortunada víctima, quien cayó ensangrentada.
Trascendió que el menor tuvo que ser trasladado, de urgencia, al Hospital Zonal de Agudos Magdalena Martínez, en la localidad bonaerense de General Pacheco, donde permanecía internado, en un muy grave estado y al cuidado de médicos del centro asistencial. Desgraciadamente, dejó de existir en horas del mediodía del viernes, a raíz de las heridas.
Los consternados habitantes del vecindario aseguraron que el chico fue auxiliado por su padre, de 49 años, quien debió llevarlo con rapidez al nosocomio en un vehículo.
Facultativos del hospital dijeron que el balazo impactó en la sien derecha del mencionado jovencito.