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“Durante seis años vendimos rifas para costearnos este viaje. La idea era visitar varios países europeos y múltiples empresas. Somos todos ingenieros y estudiantes, a los cuales ya nos falta poco para recibirnos, todos de distintas especialidades. Pero debido a la pandemia, se nos cancelaron las visitas hasta nuevo aviso, nos cerraron las fronteras”, explicó Mariela Castillo, estudiante de Ingeniería Civil de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Córdoba.
Desde Bélgica, la joven contó a PRIMERA EDICIÓN que se trata del “viaje soñado”, el cual muchos imaginaron desde el primer año en la Universidad.
La excursión es organizada por la Asociación Vocacional de Estudiantes e Ingenieros Tecnológicos (AVEIT), quienes lo hacen desde hace cinco décadas. Y, como detalló la estudiante, se financia exclusivamente con las rifas que venden quienes deciden emprender la travesía. Lamentablemente, este año el recorrido no fue el mismo, ya que los 59 universitarios, entre ellos dos docentes, quedaron varados en Europa.
Así iniciaba todo
El viaje comenzó a principios de marzo, cuando la misionera viajó junto a sus compañeros a España. Una vez allí, iniciaron el recorrido a bordo de diez autocaravanas (motorhomes), modalidad que se aplica cada año en el viaje: viajan, comen y duermen en esas unidades.
El itinerario era recorrer más de 60 ciudades de 17 países en cuatro meses, en un viaje educativo que combina visitas a empresas con íconos históricos y culturales. “Desde España a Francia, Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Italia y países de Europa del Este. Una de las visitas más importantes era a una represa en Suiza que es una de las más grandes del mundo. Después, ver los sistemas de transporte de las distintas ciudades, su funcionamiento, entre otros. A mí me interesa mucho lo que es la ingeniería de tránsito”, detalló Mariela.
Cierre de fronteras
A medida que pasaban los días, en Europa comenzaron a tomar medidas de aislamiento y cierres de fronteras debido al contagio masivo del COVID-19.
Un grupo viajó mil kilómetros de un tirón para llegar a Calais (Francia) y cruzar en ferry hacia Gran Bretaña. Sin embargo, sólo pudieron hacerlo los primeros tres rodados. El resto llegó un par de horas después al puerto y ya Inglaterra había cerrado su frontera con Francia.
La pandemia empezaba a diseminarse por toda Europa. Entonces, el grupo de 40 personas, entre ellos Mariela, decidió ir hacia el Este y viajar a los países que aún no habían bloqueado su paso. Allí, la pandemia que empezaba a cruzar naciones los terminó encerrando en Gante, la tercera ciudad más importante de Bélgica.
Escoltados por la policía, lograron asentarse en un parking, adonde pasan sus días desde el martes 17, adaptándose a la cuarentena atenuada de ese país.
“Estamos en un camping que tiene lo que necesitamos para mantener al mínimo los gastos de la motorhome”, explica Mariela. “El lugar lo consiguió la oficina de turismo de Gante, que es un contacto que nos dio la Cancillería en Bélgica”, aclaró.
Más allá de la situación, la estudiante cuenta que las personas en Bélgica son “muy amables, nos trajeron comida y se ofrecieron a lavarnos la ropa. También podemos salir a hacer ejercicio, respetando las distancias y nunca más de dos”.
¿Y ahora?
Mariela manifestó que hasta el momento se fijaron un plazo: esperarán hasta el 17 de abril, cuando se anunció la apertura de fronteras de la Comunidad Europea.
Si todo mejora, retomarán el recorrido que culminaría el 10 de junio en Barcelona. Si no, regresarán cuando puedan a Argentina y muchos intentarán retomar el viaje el año próximo.