
La denuncia previa por amenazas y la restricción de acercamiento que tenía Ramón Antonio Garayo (43) hacia su expareja y Juan Francisco Farjat (31), a quien acusan de matar a machetazos, ahora hacen que la Justicia evalúe investigar el hecho como “femicidio vinculado”.
Esta figura contempla que las víctimas -además de las mujeres- son personas allegadas a éstas, es decir “cuando el autor del hecho tiene la intención de asesinar a un tercero para hacer sufrir a una pareja o expareja”.

Fuentes ligadas al seguimiento del caso, indicaron que por estas horas desde el Juzgado de Instrucción 3, a cargo del magistrado Martín Brites, no se descarta incorporar a la causa dicha tipificación de delito, que fue caratulado en forma provisoria como “homicidio agravado por alevosía y femicidio en grado de tentativa”.
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN, el jueves pasado a las 14 y en base a lo que pudo reconstruir la pesquisa policial, Garayo dejó su motocicleta (Motomel tipo enduro-cross) escondida a 1.500 metros del casco principal de la reserva turística “San Sebastián” en Comandante Andresito y se dirigió entre la vegetación hasta hallar a su expareja, que trabaja como cocinera en dicho predio, e intentó matarla a machetazos.
Farjat, encargado y gerente del lugar, se interpuso y, siempre según la investigación de la fuerza, sufrió múltiples heridas de “planazos” de machete y cortes profundos. El certero fue en la nuca y lo desangró en pocos minutos, llegó sin signos vitales en una camioneta de vecinos al hospital de Andresito.
Los datos que alcanzó a dar Farjat antes de perder el conocimiento fueron coincidentes con los de la expareja de Garayo, quien se habría salvado de ser asesinada por la misma vía porque al recibir un golpe se desmayó y se sospecha que el agresor la dio por muerta y huyó.
“Se metía en el conflicto”
En enero pasado Garayo fue denunciado formalmente por su expareja, por amenazarla tanto a ella como a Farjat. Según las fuentes, no existía una cuestión de celos hacia quien luego resultaría muerto, ya que -tal como constaría en la presentación penal que hizo la mujer- Garayo habría manifestado en sus amenazas que “Farjat ‘se metía en el conflicto’ de pareja”.
Esto, precisaron las fuentes, podría representar un móvil del crimen y además reforzaría la hipótesis de la premeditación.
Otra lectura que hicieron los pesquisas respecto a esta situación es que Farjat en todo momento habría tratado de ayudar a la mujer en dicho conflicto doméstico, lo que habría generado la ira del ahora presunto homicida.
Tal era la gravedad de la citada denuncia que desde la Justicia existía una prohibición de acercamiento de Garayo hacia la mujer y hacia Farjat, indicó un vocero.
En cuanto a las evidencias, además de los testimonios de las víctimas, la Justicia cuenta con la moto del acusado -que utilizó para movilizarse el día del hecho-, las prendas de vestir con manchas de sangre y el machete presuntamente utilizado para cometer el crimen con vestigios similares.
Y si bien no fue incorporado aún al expediente, existiría un audio que envió el acusado a familiares y donde habría hecho referencia al hecho que perpetró y que hace temer a muchos que pueda quitarse la vida, trascendió.
Más de 50 policías continuaban buscándolo en el monte, una zona que el sospechoso conoce muy bien.