Tras un Domingo de Ramos muy diferente a cualquiera vivido, el domingo pasado marcó el comienzo de la Semana Santa.
Si bien este año las circunstancias son especiales por la pandemia del coronavirus COVID-19 y en las iglesias no hay misas para, las parroquias de Cáritas siguen abiertas en sus horarios habituales para quien se acerque a entregar donaciones para destinarlas a las personas más necesitadas.
En la mayoría de estos templos se pide especialmente mercadería, aunque la colecta también es de ropas y calzados.
Esta semana, gracias al aporte de tres familias de La Sagrada Familia, Cáritas puedo realizar asistencia alimentaria en el Barrio La Estepa.
“Hoy estuvimos en este barrio, con el cual nos une un vínculo de solidaridad y afecto desde hace varios años”, contó el sacerdote Alberto Barros, director de Cáritas.
“Llevamos leche, arroz y puré de tomate para fortalecer un comedor y un merendero que funcionan en el barrio, un par de días por semana. Ante la dificultad de hacer changas para conseguir algún ingreso diario y al no entrar camiones para comprar ladrillos (muchos trabajan en la olería), se hace muy difícil asegurar el alimento necesario en cantidad y calidad para todos, especialmente para las niñas y niños y las personas mayores”.
Indicó Barros: “Agradecemos el enorme esfuerzo de los vecinos y vecinas por mantener el comedor y el merendero a pesar de las dificultades y de que los recursos que llegan son siempre limitados”.