
La cuarentena total golpea con dureza y plantea un doble desafío para el sector privado de la salud que no sólo debe continuar pese a la drástica disminución de las prestaciones que le generan ingresos, sino que además debe invertir como nunca para hacer frente al esperado aumento de los pacientes por COVID-19.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el director médico del Sanatorio IOT, Guillermo Vymazal, se refirió a la crítica situación de ese sanatorio y del sector privado de la salud en general.
“Hay diferentes situaciones, están por ejemplo los sanatorios que tienen acceso a otro tipo de ingresos, como el Sanatorio Camino a través del Sindicato de Camioneros o el Sanatorio Posadas a través del Círculo Médico Zona Sur. Pero las otras clínicas privadas que son de empresas familiares, como ocurre con la mayoría de los sanatorios de Misiones, dependen de los ingresos que se generan por las prestaciones que hacemos a los pacientes de las obras sociales en general”.
Según explicó Vymazal, “con la pandemia, se suspendieron todos los consultorios externos, todas las cirugías que estaban programadas porque los mismos pacientes decidieron esperar para más adelante y la internación se redujo a sólo los pacientes críticos y casos de urgencia, tal es así que el porcentaje de pacientes internados a partir de la segunda semana de marzo se redujo un 70%”.
El costo del día de internación
Esta situación se complicó aún más porque, según precisó, la mayoría de las obras sociales sindicales, que dependen de depósitos de la Nación, sufrieron el retraso de los depósitos con el cierre de los bancos y así se fue como algunas se fueron atrasando en los pagos de las prestaciones, lo que incidió en que los ingresos del Sanatorio IOT se redujeran muchísimo, tanto que tememos no poder llegar a pagar los sueldos de abril o mayo. Los haberes de marzo pudimos depositar sin problema porque todavía estamos cobrando prestaciones de hace dos o tres meses pero dentro de 30 a 60 días vamos a llegar a una situación crítica”.
Hasta el momento, según señaló el médico, “ninguno de los decretos firmados por el Presidente contempla a los sanatorios privados porque la mayoría tiene más de 100 empleados”.
Los sanatorios privados no sólo vieron disminuir sus prestaciones y esto se sentirá a corto plazo en sus ingresos, sino que además se ven obligados a disponer de recursos humanos e insumos para garantizar la atención de los febriles y preparar sus instalaciones para recibir a los pacientes con COVID-19 que requerirán asistencia respiratoria.
“El consultorio de febriles acondicionado en el tráiler que el Ministerio de Salud Pública dispuso frente al IOT está atendido por nuestro personal médico y de enfermería, los insumos también los ponemos nosotros. Y lo que más nos preocupa es que nadie nos dijo nada sobre de dónde saldrá el dinero para hacer frente a la atención de los pacientes críticos por coronavirus porque ninguna obra social puede cubrir lo que demandará cada uno de estos pacientes”, señaló Vymazal.
Según indicó, de acuerdo al cálculo que realizaron las clínicas de salud, “cada día de internación en sala común de un paciente con coronavirus requerirá un gasto de 5.000 pesos en descartables y si ese paciente tiene que entrar a terapia, para atenderlo se requerirá un gasto de 150.000 pesos de materiales descartables… es muy difícil hacer frente a ese gasto. Estamos muy preocupados con esta situación, porque para nosotros es elemental proteger a nuestro personal, especialmente a los médicos y enfermeras que estarán en la primera línea de atención porque además de estar arriesgando sus vidas no podremos asegurarle el pago de sus sueldos de acá a dos meses”, admitió.