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No es papel higiénico ni alcohol en gel. Un nuevo producto se convirtió en el más deseado durante la cuarentena por coronavirus: tinturas y bálsamos para el pelo y la barba.
La gente que está en sus casas guardando el aislamiento obligatorio en general ya se ha aprovisionado con mercadería suficiente como para no tener que salir todos los días y ahora empieza a estar pendiente de otras necesidades, entre ellas el cuidado personal.
De hecho, por varios días en Argentina,“Tintura” y “Peluqueros” fueron tendencia en Twitter, y el fenómeno se replica en otras redes sociales donde los algoritmos de búsquedas para comprar tintura o aprender a colocarla por uno mismo, mediante el uso de tutoriales en Youtube, dejan en evidencia los nuevos efectos del aislamiento social.
“En esto vamos rubro a rubro y de acuerdo a la necesidad y sin duda la demanda del servicio que brindan las barberías y peluquerías son cuestiones que van a ir apareciendo a medida que el aislamiento obligatorio continúe”, analizó junto a PRIMERA EDICIÓN el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas (CCIP), Sergio Bresiski, quien volvió a expresar su preocupación por el parate económico que jaquea a pequeños comerciantes quienes brindan servicios que todavía no están contemplados como “esenciales”.
Con el cierre de las distribuidoras mayoristas y minoristas de productos de estética, hay una fuerte percepción en los faltantes de diversos productos para el pelo, lo cual puede medirse particularmente en las redes sociales, donde se han levantado una gran cantidad de voces para expresar la necesidad de reactivar estos y otros servicios afines.
¿Cuánto tiempo puede pasar hasta que algún peluquero pueda tener una autorización para trabajar a domicilio? Si la idea es que no abra su salón a fin de evitar la aglomeración de personas, la pregunta en el país todavía no tiene respuesta y por ese motivo el rastreo de productos se hace desde WhatsApp con sus propios peluqueros o proveedores habituales, hasta Mercado Libre o páginas similares, donde en teoría no hay una variación considerable en los precios: marcas conocidas pueden comprarse en cantidad desde 130 pesos promedio la unidad. Asimismo, todavía promocionan que hay “envíos con normalidad”.
Zozobra económica
“Hace un mes que no estoy trabajando, no se puede. Por un lado, la multa por abrir la peluquería en plena cuarentena es altísima. Pero por el otro, se trata de nuestra salud y la de todos, debemos respetar”, afirmó Agustín Brítez, un joven estilista cuyo punto de vista coincide con la mayoría de los peluqueros consultados por este Diario.
El aislamiento preventivo y obligatorio llevó a que muchos trabajadores dejen de percibir sus principales ingresos. “Es que la mayoría somos independientes y necesitamos trabajar para generar nuestro sustento”, resumió la peluquera Paola de Arriba.
Durante la cuarentena los estilistas tampoco pueden ir a domicilio: “Es algo que solía hacer, pero ya no se puede. Se necesita un permiso especial, si no estaríamos violando el decreto presidencial”, explicó Brítez.
“Suponiendo que ese trabajador se traslada en su propio medio de transporte y tome todas las medidas de higiene y seguridad para ingresar al domicilio del cliente, no debería entorpecer nada y sería un alivio para esos trabajadores y sus familias que están planchados”, planteó no obstante Bresiski desde la Cámara de Comercio.
“Lo que en un principio no era evaluado como una necesidad de la población, con 30 días de aislamiento empieza a cambiar. Primero las miradas estaban concentradas en la urgencia de la alimentación e higiene del hogar y ahora ya se empiezan a ver otras cuestiones”, enfatizó el titular de la CCIP.
“Estar en cuarentena no quiere decir que uno se relaje con su aspecto personal. Me parece que tomando todas las medidas de prevención es factible no esperar soluciones mágicas y gestionar la crisis con ideas innovadoras”, deslizó Bresiski.
Recursos limitados
De acuerdo a un sondeo informal de PRIMERA EDICIÓN con algunos barberos y peluqueras, las distribuidoras capitalinas ya tenían limitada la adquisición de ciertos productos desde antes del aislamiento obligatorio y ya es tema de preocupación una vez que se reactive el sector.
De acuerdo al testimonio de Javier, un estilista del medio, por ejemplo, ya no se conseguían algunos bálsamos suavizantes para el pelo y la barba, y tampoco polvo decolorante para el cabello cuyas marcas importadas con las cuales trabajaban ya escaseaba desde antes del DNU 297/20.
“Se cortaron todas las cuentas corrientes y si hay que comprar para tener stock cuando termine la cuarentena, toda transacción es en efectivo pero no hay circulación de dinero porque en nuestro rubro no tenemos permitido trabajar”, fue el testimonio de Cristian García, al frente de Barber Shop, quien da trabajo a ocho jefes de familia.
“Hace años trabajamos con turnos, no se da más ese fenómeno de aglomeración en los salones. Los clientes permanentemente nos están llamando, preguntando cuándo vamos a volver y por supuesto que eso es algo que a nosotros nos urge saber”.
Cristian explicó que también es propietario de una barbería en la vecina Encarnación (Paraguay) y comparó las situaciones en ambos países al señalar que allá ya se levantaron las restricciones a las peluquerías y barberías, “por una cuestión de higiene y de mantener el cabello y la barba corta”, explicó.
El hombre detalló que en los últimos días, se estuvo conversando en forma remota a través de los grupos de WhatsApp y, aunque es algo que se continúa deliberando porque todavía se está trabajando en ideas, piensan hacer un planteo formal al Gobierno nacional con los trabajadores del rubro de todas las provincias.
Dedicada exclusivamente a la estética femenina, Susana Ruloff contó que su actividad cayó a cero por estar obligados a cumplir la cuarentena. “Muchos de los productos con los cuales trabajamos se producen en Santa Fe y la mayoría de las compras para stockearse se manejan vía cuentas corrientes, que ahora están cortadas. La verdad es que ahora todo es incierto. Esperemos que después de todo esto no haya una disparada de precios”, deseó.
¿Remarcación de precios?
Otro aspecto que cobró relevancia en ese escenario estuvo dado por la denuncia de algunos consumidores con respecto a los precios de los productos de estética, al señalar que habían sufrido una suba desmesurada en supermercados y farmacias, los lugares donde es posible stockearse aún.
Consultado sobre ese punto, el presidente de la CCIP, Sergio Bresiski, planteó que “aunque no manejamos información de todos los rubros, lo que si decimos es que acá hay mucho de responsabilidad social de cada uno. Esta cuarentena en algún momento va a pasar y ese día vamos a saber cuál fue la responsabilidad de todos en esta pandemia y la sociedad lo va a poder juzgar. El peor castigo para aquellas empresas o comercios que remarcan con sobreprecios es que los consumidores no les compren más. Si las personas sienten que cometen abusos con los precios, el castigo es que no compre más allí. En su mano el comprador tiene el poder de manejar el mercado”.
“En la Cámara de Comercio no tenemos el carácter de policía y no estamos saliendo a hacer ese relevamiento, porque no nos corresponde. Sí se está dando un cambio en los precios desde el proveedor porque el dólar se está moviendo y eso sin duda causa un impacto hasta el mostrador”, analizó no obstante.