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Tal y como informó el sábado PRIMERA EDICIÓN, la semana pasada se viralizó a través de las redes sociales el dramático pedido de la mujer, que había venido en marzo a Misiones para acompañar a su madre por un problema de salud pero, una vez cumplido ese cometido, la etapa de aislamiento obligatorio impuesta en toda la Argentina la había dejado aislada del resto de su familia, con la que vive en el Sur del país.
Muchas personas e instituciones se movilizaron en las últimas horas para -a partir de la flexibilización de ciertos desplazamientos- ayudar a la joven eldoradense a reencontrarse con los suyos.
Así, los bomberos voluntarios de Puerto Iguazú, enterados de la situación, ofrecieron a Gabriela una plaza en un viaje que ya tenían programado hacia Buenos Aires, donde a su vez una avioneta particular fletada desde Neuquén la buscó para llevarla a la provincia sureña.
Este domingo por la mañana, Bencina abordaba la aeronave propiedad de Daniel Castillo y pilotada por Osvaldo Marinetti, para iniciar el trayecto de tres horas que la llevarían al Aeroclub Neuquén, cuyo jefe de Operaciones, Sergio Fernández, se encargó de coordinar el viaje.
“¡Gracias a Dios nos escucharon y podemos volver a casa! Gracias a todos por solidarizarse y compartir nuestro pedido! Gracias a cada vecino que aportó su granito de arena. A los medios que hicieron más visible esta problemática. Estoy viajando hacia Buenos Aires gracias a una gestión de los Bomberos Voluntarios de Iguazú! Sí…de los bomberos! Ciudadanos como vos y yo, con ganas de ayudar. Me queda un tramo…pero con provincias abiertas! ¿Hay algo imposible para los hijos de Dios? Vos podés creer o no…pero yo estoy segura que Dios abre camino en el desierto para sus hijos. Hechos…no palabras. Gracias Dios!”, expresaba Bencina a última hora del sábado a través de Facebook.
Ayer completó: “Porque tengo un Dios que no deja de sorprenderme. Porque la fe de mi hijo Ian mueve montañas. Porque tengo una iglesia (Jesús es Rey) hermosa con amigos y hermanos llenos de amor al prójimo y generosidad. Porque tengo vecinos que compartieron, ayudaron y se preocuparon como jamás lo hubiera pensado… Hoy estoy VOLANDO A CASA!”.